19 de junio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Un sueño costoso

Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Era sábado en la noche y Junior el mupet estaba solo y enfadado en la esquina de 23 y Malecón, entre el mar y La Rampa. El tío y la novia lo bajaron del auto en el corazón del Vedado. Siguieron sin él hacia otros lugares de La Habana, tal vez a una discoteca o a una sala de juegos prohibidos. Junior miraba las aguas de la pequeña catarata del Hotel Nacional, mientras los gay de la zona lo miraban a él.

Pero el ruido de un motor cambió su atención. En el garaje del frente un rubio alto descendió de un enorme jeep. “Un jeepón fabuloso” –se dijo. Sin pensarlo dos veces cruzó la calle y montó en el auto, cuyo ocupante dejó la puerta abierta y las llaves en el encendedor. Al ponerlo en marcha creyó escuchar unas voces y disparos al aire.

El susto le hizo buscar los papeles del vehículo. Descubrió que pertenecía a un diplomático de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana y lo tomó como un préstamo de la Casa Blanca. Al recorrer las calles de La Habana pensaba en New York.

Junior el mupet llegó al Cotorro, donde vive en unión de un hermano y otros parientes, a solo unas cuadras de la policía municipal. Les dio la sorpresa a sus amigos, con quienes anduvo por bares y discotecas, junto a las muchachas más frívolas. Casi al amanecer salieron de la presa “El cacao” y parquearon el jeep en una loma de Santa María del Rosario, frente a las Canteras de Margarita. Antes de abandonarlo le quitaron las cuatro ruedas, la antena, el espejo y la casetera, pues “nadie va a creer que lo cogí para pasar una noche de aventuras”.

Junior tiene 21 años; es creativo y fantasioso. Con su hermano y sus tíos ha inventado autos de carreras, tractores, balsas, motos y otros artefactos que le dan fama y dinero. Les dicen los mupet show porque actúan por impulso y son una mezcla de picardía e inocencia.

Desde hace unos meses es huésped de la cárcel Valle Grande, en la periferia del municipio capitalino La Lisa. Allí les contó sus travesuras nocturnas al representante legal y a un amigo de este reportero, que corroboró la información del reo con un funcionario de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana.

Junior el mupet espera juicio, pero aún no sabe si será juzgado por sustracción y uso de vehículo, o por robo con fuerza. El hecho de ser un automóvil de la sede diplomática de los Estados Unidos puede favorecer o empeorar su situación, según la connotación que el gobierno cubano le otorgue al hecho.

Al actuar por instinto sin controlar sus impulsos, Junior materializó una de sus fantasías juveniles. El sueño puede costarle caro. En la prisión Valle Grande dispone de tiempo para reflexionar.  

 

 

 

 
 
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