13 de junio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Los negros en Cuba

Laritza Diversent Cámbara

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - A pesar de que Cuba es una mezcla de razas, existe discriminación en la Isla. Esta prohibida por ley, pero eso es intrascendente. Los negros y sus descendientes siguen siendo la raza inferior. Sin embargo, muchos en el mundo se muestran incrédulos ante esta verdad.

Lamentablemente la “democracia socialista” prohíbe difundir datos estadísticos  que prueben estos argumentos. No tengo más alternativa que describir lo que siente un negro en Cuba. Doy el testimonio de una mujer que nació y creció bajo un sistema que supuestamente eliminó la discriminación racial.

El tema es tabú. Algo de lo que no se habla porque supuestamente no existe, lo cual hace que sea mucho más sutil y cruel. ¿De donde sacamos que somos discriminados?

Las diferencias entre negros y blancos, y  todos los colores intermedios, parecen imperceptibles pero están siempre presentes. Las religiones africanas se mezclaron, fundamentalmente con el catolicismo, pero la igualdad de los afro-descendientes es un problema que se evade. Resultado: los negros maldicen su origen.

En la Cuba de hoy son muchos los complejos que rodean a las nuevas generaciones de afro-descendientes. Mi hijo de 8 años no quiere ser negro, quiere aclarar el color de su piel. A mí me sucedió lo mismo.

Mi madre me explicó siempre que no hay razón para renegar de las raíces. Me demostró que mi color era algo que me distinguía y debía estar orgullosa de ello.

Lo que ella no pudo explicarme fue por qué me discriminaban socialmente. No pudo evitarme el dolor de escuchar a aquellos que para ofender sólo necesitan decir “negro” y cuando pronuncian la palabra te hacen sentir todo su desprecio hacia nuestra raza.

En ocasiones  se dice negro con especial cuidado. Incluso se utilizan eufemismos para señalarnos y evitar pronunciar la palabra: “los de color, los morenos, los mulaticos”. Como si decir el vocablo fuera una ofensa o constituyera el término más despectivo con que se puede anular a una persona.

¡Tenia que ser negro! Frases como esta nos hacen seres imperfectos con relación a la raza blanca. Somos los que peinan pasas (pelo encrespado), los que transpiran  fuerte, los obtusos de pensamiento y los antihigiénicos.

Hasta con la historia nos sancionan. “El primer robo con fuerza se cometió en Cuba el día que Carlos Manuel  de Céspedes (nuestro patriota insigne) le dio la libertad a sus esclavos”.

La tesis histórica anterior se refleja en el presente. La  mayoría de la población penal sancionada en Cuba es negra. Ciertamente es la raza que más delitos comete, pero también es el sector social  más pobre.

Ser negro conlleva, para los racistas, la predisposición a ser criminal o delincuente, sin pensar que los comportamientos delictivos en una sociedad, tienen relación directa con la pobreza. Es más fácil llenarse de prejuicios.

 Son muchas las desventajas que tenemos los negros social, económica y políticamente.  Pero no es eso lo único que soportamos. Debemos además soportar la hipocresía de los que dicen no tener problemas con los negros. Los que nos recuerdan constantemente mediante una frase condescendiente que somos parte de una raza imperfecta. O los que antes se cercioran de que no haya alguien de nuestra raza escuchando para decir: “Yo sé que todos los negros no son iguales, pero…”

En ocasiones ni se esconden para despreciarnos. Mientras tanto, nosotros escuchamos indiferentes las ofensas, escondemos el dolor haciéndonos parte de la discriminación. Hasta el punto de reprocharnos ser negros.

Los negros percibimos la indiferencia, el desprecio y el odio. Aunque no hablemos de ello lo sentimos. Por mucho que lo asimilemos y pretendamos que es algo natural y cotidiano, la discriminación nos duele. Esas heridas serán nuestras para toda la vida.

 

 

 

 
 
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