12 de junio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Necesidad, consumo e  ilegalidades

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Una cosa trae la otra y ante la falta de un producto surge la iniciativa de quienes son capaces de inventarlo, y proveer al mercado negro. La campaña contra las ilegalidades está dirigida principalmente a quebrar cualquier iniciativa que no esté en manos del estado.

Así declaró el alcalde habanero Contino al Noticiero Nacional de Televisión la pasada semana, cuando informó sobre confiscaciones y desmantelamientos de verdaderas fábricas de productos derivados del plástico, alimenticios, etc. Pero si el estado no los produce y los pone al alcance del pueblo, la gente los inventa y los vende en el mercado negro.

Me contaron del desmantelamiento de una fábrica de leche condensada. No era una industria con naves, obreros con turnos de trabajo, etc. No, la elaboraban en una casa con condiciones de espacio.

Hay quien fabrica yogur con leche en polvo y quesos blanco y crema a partir del yogur, de madrugada. Antes que la ciudad se despierte, los revendedores cercan el lugar de fabricación y silenciosos, se llevan la mercancía que venderán a 5 pesos la unidad por otros barrios. En las shopping escasea el queso crema y allí cuesta 55 centavos convertibles. Con la mantequilla sucede igual, la fabrican en casa y la venden a 5 pesos la barrita en la puerta de algunas panaderías; y hasta los que venden pan la distribuyen por las calles residenciales suburbanas.

Lo perjudicial de esta elaboración clandestina de productos alimenticios es que se desarrolla sin control sanitario, lo que se convierte en algo peligroso porque puede provocar una epidemia debido a la mala elaboración. Sin embargo, hay quien se arriesga a comprar estos productos sin mucho miramiento.

Si el gobierno diera permiso y algún recurso a los que fabrican esos productos y ejerciera control sanitario y epidemiológico, sería más conveniente para todos. Consumidores y autoridades. El estado impondría un impuesto a los fabricantes y a los vendedores mediante licencias y eliminaría el mercado negro poco a poco. Podría llegar a regular los precios, etc. Mientras que solamente confisque y desmantele, lo que logrará es detener el problema por un tiempo; más tarde otros harán lo mismo.

 

 

 

 
 
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