10 de junio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

DVD sí, TV no

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - La renta de videos piratas se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos y prósperos después que el régimen autorizara la venta de equipos reproductores, ordenadores y otros electrodomésticos.
El fenómeno se atribuye a la excesiva politización de los medios de difusión, además de la sostenida depauperación en la calidad de las producciones nacionales, tanto cinematográficas como televisivas.

Profesionales, estudiantes y encopetadas señoras, se dedican a ir de casa en casa para extender el negocio. Servicio a domicilio cuyo costo oscila entre los 5 y 10 pesos por disco, por dos días o una semana de alquiler.

La oferta no da abasto para satisfacer la demanda. Incluso existen clientes que esperan hasta la madrugada con tal de acceder a los materiales recién estrenados. Los productos más solicitados son shows televisivos como Caso Cerrado, Don Francisco, y el programa de Alexis Valdés.

En orden de preferencias prosiguen los seriales, las novelas, los documentales de Discovery Channel y los filmes. Los cubanos no sólo optan por películas estadounidense, sino por una amplia gama cinematográfica que va desde producciones europeas, hindúes, chinas, latinoamericanas. Existen personas que suelen rentar más de diez discos cada vez, incluso hasta más de 20 cuando se trata de telenovelas.

Algunos televidentes prefieren esta opción ante la saturación política de los canales de la televisión nacional y la falta de opciones de recreación en moneda nacional.
El alquiler de películas y programas de televisión es una actividad económica ilícita, que antes se sancionaba con multas y decomisos de equipos y DVDs.

El material ingresa al país por diferentes vías. Sitios piratas en Internet ofertan filmes incluso antes de ser estrenados, y algunos simplemente son registrados por propietarios de antenas satelitales, o arriban como parte del equipaje de los cooperantes gubernamentales en el exterior, y de cubanos residentes en los Estados Unidos.

El colmo es que muchas de estos filmes y series piratas han comenzado a ser proyectados en avalancha por la televisión cubana, en los cines y en el sistema de salas de video del país; sobre todo los que proceden de los Estados Unidos.

El régimen, sistemáticamente, ha desmantelado y sancionado a los poseedores de redes de cables de televisión satelital y bancos de películas. Por esta razón la actual “permisividad” suele llamar doblemente la atención ciudadana.

 

 

 

 
 
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