Las autoridades cubanas están enfrascadas en una ofensiva contra los recogedores ilegales de materiales y desechos en depósitos de basura, popularmente llamados "buzos'', y al menos 70 de ellos serán sancionados por reincidentes.

Según reportes oficiales, un total de 365 personas implicadas en esa actividad fueron visitadas por autoridades en La Habana, haciéndoles propuestas de reinserción laboral.

De ese total de personas, 290 recibieron multas, 20 fueron presentadas ante su comunidad y 45 devueltas a su provincia de origen. Once reincidentes fueron sancionados bajo cargo de ‘‘propagación de epidemia'' a trabajo correccional sin internamiento, en áreas verdes de la ciudad.

Por último, 59 multirreincidentes son actualmente instruídos por la policía para su presentación a los tribunales.

"A quienes persistieron, les levantaron actas de advertencia, presentación ante la comunidad, multa, decomisos y, por último, medidas penales'', señaló el diario provincial Tribuna de La Habana.

Autoridades de Salud Pública, la policía y un cuerpo de inspectores en La Habana comenzaron desde el pasado año a aplicar multas y medidas correccionales contra los "buzos'' de la basura.

Desde mediados de los años 90 se avistan con frecuencia a los "buzos'', personas que se dedican a rebuscar en los latones de basura para extraer envases reciclables como pomos de plástico, latas de cerveza y refrescos, entre otros artículos, así como residuos de alimentos para destinarlos a los cerdos.

En el 2005, el joven realizador cubano Daniel Vera filmó los testimonios de varias personas que deambulan por las calles de La Habana en busca de basura como forma de sobrevivencia, y los dio a conocer en un documental titulado De buzos, leones y tanqueros. El filme, rodado de forma independiente, ha sido visto en muestras dentro de Cuba y presentado en la televisión de Miami.

Desde entonces las autoridades cubanas reforzaron la vigilancia de estas acciones, consideradas nocivas para la salubridad y la imagen turística del país.

El Código Penal --vigente desde 1987-- establece sanción de privación de libertad de tres meses a un año, o multa de 100 a 300 pesos cubanos (equivalentes a unos $3 ó $9, según el cambio oficial), o ambas.

Las autoridades de Salud Pública han alertado a la población de que los "buzos'' pueden transportar gratuitamente una patología a cualquier barrio y así propiciar la proliferación que, sin percibirla, llega a su familia y puede resultar mortal para el propio individuo.

El fenómeno se concentra en la capital cubana, especialmente en barrios donde residentes extranjeros o personas con mayor nivel adquisitivo depositan sus desperdicios.

Muchos de los objetos rescatados de los basureros son reparados y vendidos por los "buzos'', entre los que se encuentran desde minusválidos hasta graduados universitarios.