5 de junio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Un desafío en perspectiva

Jorge Olivera Castillo. Sindical Press 

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Tom Donahue ha dicho algo puntual. No hay margen para la equivocación en la sentencia vertida en el marco de la IV conferencia internacional  promovida por el Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba (GIRSCC) celebrada recientemente en San José, Costa Rica.

“No puede haber sindicalismo sin libertad”, afirmó Donahue durante unas de las sesiones del cónclave. Tal sentencia sirvió para ilustrar la imposibilidad de que en la isla pueda existir un movimiento laboral auténtico.

Aún los trabajadores cubanos carecen de una legislación que proteja sus derechos y no se avizora en el horizonte que las cosas mejoren en este ámbito.

Según el presidente del Comité por un Sindicalismo Libre, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no ha planteado con la necesaria contundencia la situación de Cuba.

Expertos en el tema coincidieron en alertar sobre la vulnerabilidad del trabajador cubano ante los rígidos esquemas laborales patrocinados por el estado. Las empresas foráneas continúan ejercitando deliberadamente patrones de explotación que sitúan a la empleomanía cubana entre las más afectadas del mundo occidental.

El camino a un estatus donde quede legalizado el derecho a huelga y la posibilidad de negociar directamente los convenios de trabajo permanece clausurado. Por tanto, el nivel de dependencia a las estructuras gubernamentales se proyecta como algo que tendrá continuidad en el mandato de Raúl Castro. Liberalizar es un término que no aparece dentro del diseño político que avanza hacia su definitiva consolidación.

Regularmente se exponen las enormes dificultades en el sector, pero la pretensión es resolver las calamidades con viejas fórmulas que durante años han demostrado su ineficacia.

La voluntad de solución no rebasa las fronteras de la retórica. Los temores de la cúpula, de perder parcelas de poder imponen una línea de pensamiento conservadora.

Darle verdadero protagonismo a la clase obrera es romper con una filosofía que niega de plano la reforma hacia un estado de derecho. Es difícil pensar, en el transcurso de este período de acomodos políticos en busca de llenar lo mejor posible el vacío dejado por Fidel Castro, en avances tangibles que devuelvan la soberanía laboral a los sindicatos.

No obstante las resistencias objetivas y subjetivas de los herederos del poder absoluto, existen presiones de diversos matices que llevan tanto a renovar la mentalidad como a acometer ciertas aperturas para sobrevivir en un mundo cada vez más interconectado e interdependiente.

Gestiones como las llevadas a cabo en la capital costarricense son válidas desde el punto de vista de la denuncia y de la  discusión pública de irregularidades que afectan a millones de trabajadores alrededor del mundo.

Sindicalistas de varios países expusieron sus preocupaciones y la forma de solventar las problemáticas que mantienen en jaque a miles de sus correligionarios.

Representantes de Cuba, Argentina, Venezuela, Brasil, Colombia, Estados Unidos, corroboraron la necesidad de mantener en alto las demandas a favor de clase obrera. Miembros de ONGs y de la sociedad civil de Holanda y España estuvieron presentes en los debates que trajeron a colación la importancia “del papel social de los sindicatos, la necesidad de fomentar la solidaridad internacional como estrategia altamente efectiva en consolidar las democracias y hacerla avanzar en países en riesgo perderla, como puede ser en Venezuela”.

El Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba (GIRSCC) ha culminado otro ciclo de lucha. Nuevamente ha puesto en perspectiva parte de las realidades que precisan de correcciones.

Los sindicalistas enfrascados en sus tragedias no están solos. Tienen voz  a partir de este proyecto y de otros que asumen el desafío de encontrar la manera de ponerle fin a las violaciones laborales. En San José culminó solo una jornada. Ya se alistan los aprestos para la próxima. 

 

 

 

 
 
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