4 de junio de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Frustración juvenil
 
Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press
 
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - La juventud, renuevo de la fuerza laboral activa frente al envejecimiento de la población laboral, padece de grandes problemas e insatisfacciones de toda índole.
 
En el año 2006 se incorporaron al trabajo 146 mil 366 jóvenes, y al año siguiente 282 mil 515 ciudadanos, jóvenes en su mayoría. Los adolescentes mayores de 13 años trabajan en condición de aprendices de oficios en escuelas-talleres, o como internos en centros de reeducación de menores.
 
Se ha señalado la falta de control sobre los jóvenes en los puestos de trabajo que se les asigna, ya que no existe coordinación entre las administraciones de los centros laborales y el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social.
 
Un factor que influye en el abandono de las plazas por parte de los jóvenes es el bajo nivel escolar pero, sobre todo, la desmotivación para trabajar, porque el horizonte laboral y el bajo salario no se corresponden con el costo de la vida y las mínimas aspiraciones del joven.
 
Casos frecuentes son los de los egresados de los institutos politécnicos, a los que se les ubica, en muchas ocasiones, en plazas no afines al perfil de sus estudios, y no poseen las habilidades requeridas, lo que trae consigo la desilusión y abandono del puesto de trabajo.
 
La deserción ocurre a veces desde las aulas universitarias, como señala César Hernández, primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas de Ciudad de La Habana, quien informó que de una matrícula de 40 alumnos en la carrera de Medicina, sólo rla mitad llegó al segundo año. “Hay que verificar la demanda de un territorio. A veces sobran de una especialidad y faltan de otras, y esto afecta en la deserción laboral” –afirmó el dirigente juvenil.
 
Julio Martínez, miembro también de la UJC, apuntó: “Se conocen las causas que provocan la desvinculación del estudio y el trabajo. Sin embargo, las acciones para prevenirlas o darles solución son insuficientes”.
 
Dato curioso: “De los jóvenes que no trabajan, 3 mil son militantes de la UJC. Con ellos hay que discutir. No se puede estar en la vanguardia y no aportar nada al país” –dijo Martínez.
 
Raúl Castro, en sus discursos del 26 de julio en Camagűey, y del 24 de febrero ante la Asamblea Nacional, expreso: ¡A trabajar duro! Sólo falta encontrar la fórmula de estimular a los trabajadores, jóvenes y viejos, para que no pierdan el interés.


 

 

 
 
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