En la inauguración de la XXXVIII Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Insulza se mostró consciente de que es un tema complejo y que no quiere que sea "motivo de discordia" entre los 34 países miembros del organismo interamericano.
Cuba fue suspendida de la participación en la OEA en 1962.
En este contexto, el titular de la OEA afirmó que la conducta de los Estados miembros en esta materia "debe ser guiada por una disposición flexible y la voluntad al diálogo".
Insulza hizo esta sugerencia a raíz del reciente traspaso del poder de Fidel Castro a su hermano Raúl, lo que ha suscitado el deseo y las expectativas en la comunidad internacional de una transición democrática.
El máximo responsable de la OEA reiteró su convicción de que "cualquier proceso de cambio en Cuba sólo debería producirse por voluntad de los cubanos, mediante un proceso pacífico y progresivo que respete plenamente los principios de democracia, autodeterminación y no intervención que deben regir la convivencia americana".