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28 de febrero de 2008

COMUNICADO DEL COMITÉ INTERNACIONAL PARA LA DEMOCRACIA EN CUBA

Celebramos la renuncia formal de Fidel Castro a la presidencia de Cuba. Cuarenta y nueve años al frente de un gobierno dictatorial, sin elecciones verdaderamente libres, es una marca poco honrosa. Ya era hora. No obstante, este abandono del poder no se ha producido para dar paso hacia un sistema democrático y plural, como merece al pueblo cubano, y como existe en las naciones más prósperas y estables del planeta, sino para tratar de prolongar la tiranía.


Eso es inaceptable. Cuba debe ser libre e independiente. Cuba no puede continuar siendo la anacrónica excepción comunista en un mundo que desde hace años, tras varias décadas de represión e ineficiencia, descartó esa lamentable opción política y casi todos los pueblos que habían sido sometidos al marxismo leninismo recuperaron o estrenaron la democracia en un periodo relativamente corto. Los cubanos también tienen derecho a ser libres. Como suele decir Oswaldo Payá, uno de los dirigentes de la oposición democrática: “los cubanos tienen derecho a sus derechos”.


¿Cuáles son éstos? Muy sencillo: los que aparecen en la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas, texto del que la República de Cuba es signatario, y al que el gobierno de La Habana nunca ha renunciado formalmente, aunque no se canse de violarlos.
Pese a esta realidad, cargada de escepticismo, nosotros quisiéramos alentar sinceramente al nuevo presidente, y al nuevo gobierno cubano, a que inicien cuanto antes los verdaderos cambios que el país necesita. Nosotros, por nuestra parte, reiteramos nuestro compromiso con esa sociedad, y declaramos que no cejaremos en nuestra defensa del pueblo cubano, al menos mientras:
·        Haya presos de conciencia condenados por sostener opiniones contrarias a los dogmas oficiales.
·        Los cubanos no puedan asociarse libremente para expresar su diversidad y creencias en organizaciones espontáneamente creadas por ellos.
·        No exista en la Isla libertad de expresión.
·        Se mantengan en el país la intolerancia oficial y la persecución a las personas diferentes.
·        No les sea dable entrar y salir de Cuba cuando lo deseen.
Por otra parte, cuando realmente comience la transición hacia la libertad, solemnemente declaramos que nos emplearemos a fondo para que ese trayecto se recorra en el menor plazo posible y en las mejores condiciones económicas. Cuando llegue ese momento, en fin, la sociedad cubana puede contar con nuestra solidaridad. La misma que hoy estamos dándoles a todos los cubanos, y muy especialmente a las víctimas de la dictadura.   

Se suscriben, 

José María Aznarex presidente del gobierno de España

Václav Havel – ex-presidente de la Republica Checa
 
Carlos Alberto Montaner – escritor y periodista Cubano

 

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