De paso por El País

Tania Díaz Castro

LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - De puro milagro llegó a mis manos, regalo de un amigo extranjero, un grupo de periódicos El País, diario español editado en Madrid y correspondientes todos a distintos días de enero y  febrero del año actual.

Da gusto leer un periódico de verdad y no los esqueléticos que tenemos en casa; un periódico activo, con más de setenta páginas, bien impreso y a todo color y cuya diversidad de contenido da una idea de la libertad que impera en las democracias.

Confieso que siento un gran placer cuando tengo un periódico así entre mis manos. Es como si volviera a leer de nuevo aquellos otros de mi primera juventud: Información, Diario de la Marina, El Mundo, El País, clausurados por orden del castrismo, sentir el peso de sus hojas. Creo que no se siente lo mismo cuando se mira una fría pantalla, y se maneja rápidamente el Mouse de la computadora.

Pues bien, de paso por El País, recordé aquellas palabras que me dijera no hace mucho por teléfono un amigo escritor y poeta que vive en Miami, con relación a Cuba. Me hizo saber, porque los cubanos no tenemos acceso a otra prensa que no sea la que edita el régimen castrista, que en los medios de prensa internacionales Cuba no es el ombligo del mundo, ni mucho menos.

Y digo que me acordé de ese escritor y poeta porque de paso por unos quince ejemplares de El País, sólo encontré una noticia con relación a Cuba publicada el 18 de enero, sobre las elecciones que se celebraron en la isla por esos días y donde se destaca que como esos comicios son una farsa, los cubanos no tenemos derecho a elegir. Es cierto. No se equivocó quien redactó esa pequeña nota en medio de tantas informaciones de gran importancia mundial.

El ojo crítico de ese o de esa colega de El País también acertó cuando dijo que “el último de los dictadores latinoamericanos en ejercicio ha conseguido mantener una imagen que perdura en parte por su resistencia frente al vecino gigante y por haber hecho de Cuba un ejemplo de igualitarismo… en la pobreza”.

En el mundo civilizado, sobre todo en Europa y en Estados Unidos, los grandes periódicos, los que más se venden, los más leídos, apenas mencionan a Cuba. Y cuando lo hacen, qué pena, es para referirse a unas extrañas elecciones que inventó el régimen para mantenerse en el poder o a Fidel Castro como columnista, señalando que ya no puede dirigirse a las masas en sus habituales discursos kilométricos, algo que nos ha proporcionado un respiro a todos los cubanos.

De paso por El País, o por cualquier otro periódico que mañana caiga milagrosamente en mis manos, voy a recordar a mi amigo escritor y poeta cuando me dijo que Cuba no es el ombligo del mundo, ni mucho menos.