Crónica           IMPRIMIR
20 de febrero de 2008

Arde Morón


Tico Morales, APLA

CIEGO DE ÁVILA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - No es una ciudad salida de cualquier filme de violencias y pandillas. Es simplemente Morón, donde el turismo internacional ha hecho su aporte para que demográficamente esté al borde de estallar.


Hoy día muchos le llaman “La Habana chiquita” porque dentro de sus vetustas calles se puede observar cualquier cosa, sobre todo las que están fuera de la ley. No es un micro mundo único en su estereotipo, es sólo una villa invadida por el mal de la emigración interna; muchos llegan en busca de lo que en sus rincones de origen carecen, de ahí el terrible choque de convertir una ciudad tranquila de provincia en una olla de presión social.


¿Dónde iremos a parar? Es la pregunta de un venerable anciano sentado en un banco del parque central del pueblo al ver cómo cuatro mozalbetes se liaban a trompadas al momento de repartir varios artículos, regalo de los turistas; pero eso sólo es una pizca de nieve sobre el iceberg de la violencia.


Usted visita la Ciudad del Gallo y puede ver a la juventud perdiendo el tiempo,  mientras otros se agotan en la lucha diaria por la sobrevivencia. Entre los jóvenes se incrementa día a día una forma de mafia que se extiende por los barrios, tratando de mantener el flujo de productos para el mercado negro  y el cambalache con los turistas. Las mercancías líderes son el tabaco y el sexo barato, negocios penados por la ley, a veces no existe debido a la fusión entre policías y delincuentes.


Apenas el 50 por ciento de la población en edad laboral quiere trabajar con el gobierno, y quien lo hace le roba al sheriff, que se hace el de la vista gorda. Se puede ver en cualquier esquina a ciudadanos de cualquier edad víctimas del alcohol, e incluso a menores portando cuanta arma blanca existe.


Morón sigue siendo una ciudad donde el índice de asesinatos por reyertas es elevadísimo, y de noche pocos se arriesgan a salir.  A partir del pasado 11 de febrero, luego que un joven de 17 años asesinara a puñaladas a un trabajador de la construcción en el club nocturno Pista Juvenil, y de que otros ciudadanos fueran ingresados por la misma causa en el hospital de la ciudad, las autoridades prohibieron la venta de bebidas alcohólicas en los bares, lo que prácticamente equivale a un decreto de ley seca.

No es una ciudad de película Morón, sino un punto de referencia dentro de la gigantesca olla de presión que es Cuba. Rezaremos  para que las plumas de su Gallo brillen y mantengan el decoro y la paz de sus pobladores, porque ante la mirada del Señor todos somos iguales. Amén, Cuba. Amén, Morón.

 

 
 
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