Crónica           IMPRIMIR
18 de febrero de 2008

Puerto Padre

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Puerto Padre -así le puso Cristóbal Colón-, pueblo perteneciente a la provincia oriental Victoria de las Tunas y situado en la costa norte, fue y seguirá siendo de una importancia enorme para Cuba.

En primer lugar, porque desde el siglo antes pasado, exactamente en 1851, numerosos centrales azucareros de su territorio se destacaron por su buen funcionamiento y gran producción de azúcar. Por su rápido progreso, en comparación con otros pueblos aledaños, el gobierno interventor creó su ayuntamiento el 26 de octubre de 1898.

En segundo lugar, porque según residentes de esa zona, familiares incluso del destacado intelectual cubano Pablo Armando Fernández, muy vinculado éste al régimen dictatorial de Fidel Castro, Puerto Padre se considera el municipio más disidente de la isla.

Conocí en días pasados en Santa Fe, donde resido, a los hijos de los sobrinos de Pablo Armando. El parecido entre ellos es extraordinario: idénticas facciones, ojos claros, tez rosada. No había duda alguna de sus vínculos sanguíneos. Me expresaron, con un extraño orgullo fuera de lo normal, que el municipio Puerto Padre, con una población de más de cien mil habitantes, puede presumir perfectamente de poseer más familiares cubano-americanos que ningún otro.

Los escuché algo sorprendida por espacio de casi dos horas, sentados en el comedor de la casa de unos amigos suyos, muy cerca de un pintoresco y arbolado patio, a donde acuden cuando visitan La Habana en busca de conversación y un buen café criollo.

Se me ocurre preguntarles el resultado de las elecciones en Puerto Padre, y fue como si le dieran toda la cuerda a un gramófono, impulsados por el entusiasmo y el interés de informarme.

-En la ciudad de Puerto Padre -me dijeron-, con 40 mil habitantes aproximadamente, fueron muy pocos los que votaron, y los que acudieron a las urnas, porque no les quedó más remedio, no lo hicieron por el voto unido, como pidió encarecidamente el gobierno.

Le pregunto la razón y me aclara que son muchos los que viven de las remesas familiares y de los viajes que hacen esporádicamente a los Estados Unidos.

-Vienen cargados de artículos de primera necesidad y de dinero para reparar sus casas. Así es como pueden hacerlo.

Pero hay algo más. Hablo por teléfono con dirigentes del Movimiento de Derechos Humanos de Puerto Padre y resulta que este municipio oriental presume de tener una amplia participación en organizaciones vinculadas a dicho Movimiento, que han sido muchas las mujeres que han votado a favor de un trabajo realizado recientemente en todo el país para que circule una sola moneda. Por los años noventa -me dicen- Puerto Padre tuvo también su  “maleconazo”, bastante masivo por cierto, donde en embarcaciones rústicas pobladores de esa zona se dirigieron rumbo a Miami, y que incluso en la actualidad, muchos osados salen por esa misma vía, sin que nada ni nadie se les interponga.

 

 
 
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