Crónica           IMPRIMIR
18 de febrero de 2008

Promesas incumplidas


Maiky Martorell Mayan

HOLGUIN, Cuba, febrero,  www.cubanet.org  – Mientras esperan que se cumplan las promesas, hombres, mujeres y familias completas van pasando por todas las etapas de la vida hasta llegar a su vejez, sin apenas un techo. Sin una vejez segura y merecida tras largos años de lucha en el paraíso socialista cubano.

Tal es el caso de Milagros Betancourt Ascanio, de 75 años de edad. Vive en una chocita de tablas invadidas por el comején y en completa soledad desde la muerte de su esposo.

A finales de julio de 1998, la delegada Deisy López, llenó una planilla para el arreglo de la choza de esta anciana de Manatí, en la región oriental del Cuba. Funcionarios de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), enviados por el Partido Comunista de Cuba (PCC), anotaron que la casa se encontraba inhabitable. Trabajadores del Instituto Nacional de la Vivienda (INV), midieron la casita, para realizar los supuestos arreglos.

Los funcionarios la “peloteaban”, como se dice en buen cubano, cada vez que Milagros acudía a reclamar el cumplimiento de sus promesas. Le decían que era responsabilidad de la delegada y esta a su vez responsabilizaba al INV.

Cuando se repartieron los equipos electrodomésticos “ahorradores”, para pagarlos a plazos, Milagros volvió a llenar planillas para obtener el derecho a comprar un refrigerador, pero este no llegaba. Sus alimentos por falta de refrigeración se echaban a peder.

Y cuando Milagros reclamó su refrigerador, fue que Yudior, trabajador social responsable de la asignar el derecho a comprar estos equipos, le informó que las planillas se habían extraviado. Ella volvió a llenarlas.

Sobrepasando el límite de la imaginación, los dirigentes respondieron entonces, una y otra vez, que los imperialistas habían comprado la fábrica de refrigeradores.

Mientras sigue esperando que se cumplan las promesas, Milagros mira al horizonte y espera que quizás mañana, la próxima semana o el mes que viene alguien arregle su chocita. Ojalá sea antes de que esta dulce cubana de más de siete décadas, muera aplastada bajo un montón de maderas carcomidas por el comején.

 

 
 
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