Turismo en punta

Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press

LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) – Es incuestionable que el sector turístico ha desplazado las fuentes productivas que tradicionalmente sustentaban el desarrollo económico de la provincia Matanzas, según la opinión de Osvaldo Castillo Álvarez, delegado de la Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba (CONIC) en esa provincia.

“Ya no se habla de producción azucarera, ni de cítricos; mucho menos de las viandas y hortalizas. El tema principal para el gobierno es el turismo y las ventajas económicas que aporta a la nación, pues obvian tratar la pérdida de fuerza laboral especializada, donde se incluyen profesionales de alta calificación, que han renunciado a la especialidad para insertarse en el mundo del turismo como trabajadores de las villas y hoteles destinados a los turistas extranjeros” –afirma Castillo.

 Plazas de carpinteros, jardineros, obreros de mantenimiento, ayudantes de cocina, plomeros, electricistas, choferes y otros oficios manuales, están entre los ocupados por universitarios y graduados de escuelas tecnológicas, en los centros turísticos para extranjeros.

“Hay interés –enfatiza Castillo- bien marcado por estas plazas, porque los trabajadores de estas ramas, a diferencia de los demás sectores económicos, reciben propinas en divisas y tienen mejor alimentación, aunque se debe señalar que a pesar de esas migajas el trabajador del turismo no recibe el justo salario por su labor, que en buena medida se embolsa el gobierno. De la propina, por ejemplo, tiene que entregar una parte al estado, que “arrienda” al inversionista la fuerza de trabajo, la cobra en divisas, y le paga al obrero en moneda nacional, que tiene muy poco poder adquisitivo.

Trabajar en el sector turístico se ha convertido en un privilegio por esas pequeñas prebendas que, sin embargo, acrecientan las diferencias que estratifican a la sociedad cubana, y al trabajador del turismo se le tiene mucho más controlado, y se le exige mucho más que a otros, precisamente por pertenecer a un sector “privilegiado”, aunque más aparente que real.