Crónica           IMPRIMIR
1 de febrero de 2008

El GAD y su ayuda

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba,  febrero (www.cubanet.org) - Si comenzara diciendo que si no fuera por el Grupo de Apoyo a la Democracia -GAD- yo no podría caminar, no exageraría. El medicamento que me envía periódicamente esta organización humanitaria del exilio de Miami, llamada Glucosamine y que en mi país cuesta alrededor de treinta dólares, me ayuda a caminar.

Pero no sólo eso. Como seguramente también les ocurre a muchos disidentes y periodistas independientes, en ocasiones, cuando la despensa está vacía, alguien nos toca a la puerta con un mandado de Frank. No Frank el mensajero de mi bodega, por lo general vacía, sino Frank Hernández Trujillo, quien nos envía leche, café, latas de frijoles, puré de papa instantáneo, huevo deshidratado, gelatina, condimentos y muchas cosas más que en Cuba, o no las hay, o se venden en divisas en tiendas especiales.

El GAD, como todos le llamamos, surgió en 1994 por iniciativa de Hernández Trujillo, su principal ejecutivo, cuando alguien de Pinar del Río habló por teléfono con él y con mucha pena le pidió lápices, plumas y papel para escribir.

Hasta ese momento, es bueno decirlo, si llegaba alguna ayuda a Cuba, no era de forma organizada, sino a través de contados grupos del exilio, a personas conocidas.

Cubanos del exilio como Jorge Fentón, Nicolás Gutiérrez, Ricardo Bofill, Rafael Sánchez Aballí, Guillermo Rivas Porta y muchos otros, le tendieron una mano al GAD desde un principio, cuando contaban con muy pocos recursos para ayudar a  numerosas organizaciones que luchaban en Cuba por los Derechos Humanos.

En la actualidad, el Grupo de Apoyo a la Democracia brinda ayuda con alimentos y medicinas a grupos de todas las provincias e incluso ha enviado en múltiples ocasiones medicamentos especiales para personas enfermas, aunque no pertenezcan al Movimiento de Derechos Humanos.

A los dos años de fundado el GAD, ya en contacto con más de sesenta grupos de disidentes en toda la isla, gestionó nuevas fuentes de ingresos. En la actualidad, envía ayuda a más de 120 municipios cubanos, donde hay miles de disidentes y periodistas independientes.

Desde hace algunos años el Grupo de Apoyo a la Democracia ha ampliado su ayuda en la Isla, enviando espejuelos, zapatos de niños, botiquines de primeros auxilios a zonas rurales.

Como Hernández Trujillo ha expresado, el trabajo del GAD no ha sido fácil. Cubanos amantes de la libertad de Cuba han criticado a esta organización por haber preferido la ayuda humanitaria a la lucha armada. Sin embargo, se siente satisfecho de lo realizado hasta el momento.

Una satisfacción  sentí yo en días recientes cuando compartí con dos amigos disidentes un envío de Frank. Y mucho más cuando hace algunos días, pude ver de lejos a un colega con una bonita boina color beige que envió Frank hace algún tiempo.

 

 
 
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