Crónica           IMPRIMIR
30 de enero de 2008

A sorbos de agua

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión. La Habana

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Hace la friolera de cinco años que vivo a sorbos de agua. Hoy, llevamos unas tres semanas sin abastecimiento del preciado líquido. La falta de agua es exclusiva de las pocas casas de la cuadra donde resido. Acudir a las autoridades municipales no ha servido de  nada. Según ellas, ahora mismo, el combustible para los camiones cisternas – las pipas de agua- tiene retraso en llegar al municipio Arroyo Naranjo donde vivo.

Resulta que desde el pasado mes de diciembre tuvimos la sorpresa de ver correr el agua por las tuberías en desuso desde unos cinco o seis años, ya perdimos la cuenta. Y las supuestas roturas y deficiencias de las tuberías se revelaron como parte de la ciencia ficción burocrática.

Hasta por la última llave de agua borbotó el líquido durante varias noches para alegría nuestra.

Eran días cercanos a las elecciones municipales y hubo quien pronosticó que la reaparición del agua en las tuberías se debía a las intenciones del gobierno de que la mayoría dejara su voto en el proceso eleccionario. Ya corría el agua por las tuberías normales desde ciertas horas de la tarde  a las primeras de la noche en algunas casas en las que hizo tanta falta. De inmediato, suspendieron el abastecimiento de agua por camiones cisternas.

Entonces, la desgracia se batió de nuevo sobre nosotros y el suministro de agua a cada casa terminó de pronto, como se había presentado. Y ahora, sin pipas abastecedoras que trajeran agua, aunque fuera una vez cada diez o doce días.

Así penamos ahora por la falta de líquido, aunque a dos cuadras el agua corra por las alcantarillas con cantarino rumor, al doblar la esquina se bañen hasta los caballos, mientras a pocos metros vivamos la más penosa escasez de agua,  propia del desierto.

Meses atrás, una persona conocida mía, expresó en una reunión de discusión del discurso del general Raúl Castro por el 26 de julio que si algo le chocaba en la realidad de la isla, era la sensación de desamparo que se experimenta ante cualquier problema particular sea de cualquier origen. ¿A quién acudir cuando la burocracia con falta de sensibilidad e ineficiencia naturales para resolver los asuntos que no la amenacen, hace oídos sordos a las reclamaciones de la población?

Esto no es nada nuevo, sino algo más que identifica la naturaleza de un  sistema de carácter burocrático. Sistema que hoy en día ahoga hasta las mismas estructuras de poder que lo instauraron y a la población que lo soporta desde hace tanto.

Hay formas sutiles que esconden la represión que sufrimos quienes vivimos de acuerdo a nuestra conciencia. No es algo alejado de la verdad tampoco que la represión se dirige en general contra la población.

 
 
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