Crónica           IMPRIMIR
24 de enero de 2008

Las propuestas de Calviño

Tania Díaz Castro

LA HABANA,  Cuba, enero (www.cubanet.org) - Manuel Calviño es uno de esos típicos cubanos, o mejor dicho, uno de esos psicólogos modernos, que se las saben todas. Como he escuchado decir tantas veces que los gordos son buena gente, seguramente Calviño lo es. Esto lo deben de saber los estudiantes de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, que son sus alumnos. Porque una cosa es asumir un papel protagónico ante las cámaras de televisión y otra la vida real.

Pero les confieso que el programa de Manuel Calviño, que se trasmite cada viernes a las 9 y 45 por el canal Cubavisión, en ocasiones me ha sacado de quicio. El profe, como me dicen que le llaman, a veces no se percata de que los cubanos vivimos bajo un régimen totalitario, con muy pocas libertades. Entonces recomienda ser sinceros, honestos. En pocas palabras, le hace la guerra a la doble moral, algo que desgraciadamente muchos en la isla llevan al cuello como un San Benito.

Por estos días vuelve a la carga el profe Calviño, esta vez en la prensa oficialista. Recomienda, para amar la vida y ser feliz, mejorar como seres humanos, cuidando la salud física y mental. Propone además que el respeto presida cada acto de la vida y sobre todo, que democraticemos nuestra existencia, prefiriendo la persuasión a la imposición, el diálogo al mandato, la decisión a la obligación coercitiva.

¿Serán estas recomendaciones dirigidas de forma sigilosa y hábil al régimen dictatorial que destruye la libre iniciativa de cada ciudadano? ¡Vaya usted a saber!

Una vez, hace casi veinte años, alguien me comentó que este célebre profesor universitario había hecho, por orden de la Seguridad del Estado, un retrato psicológico de mi persona estando yo en las tapiadas de ese órgano represivo. Como es de suponer, jamás supe el resultado del análisis. Pero, por suerte, no me fusilaron como me habían anunciado.

Eran y aún son tiempos en que el régimen dictatorial de Fidel Castro considera enfermos mentales a los disidentes. Locos porque nos sentimos firmes en la defensa de los Derechos Humanos.

Coincido con Calviño en que hay que decir sí, cuando se tiene que decir sí, en que se diga no, cuando se tenga que decir no. Eso hacen precisamente los opositores en Cuba.

Y cosa curiosa, el mismo día que el profe Calviño hace recomendaciones para que cada cubano pueda sentirse libre, el 19 de enero pasado, en la primera plana del Granma se repitió, en letras bien grandes, aquella sugerencia de Fidel Castro dicha en diciembre de 1997: QUE CADA UNO SE SIENTA LIBRE.

Ojalá salgan de la cárcel decenas de activistas de los Derechos Humanos y periodistas independientes, condenados injustamente a largos años de prisión, por iniciativa precisamente del hombre que dijo “Que cada uno se sienta libre”. ¿O será pura demagogia?

Me gustaría preguntárselo al profe Manuel Calviño.

 

 
 
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