23 de enero de 2008

Raúl aviva expectativa de cambios en Cuba

LA HABANA (AFP). La expectativa de cambios que inquieta a los cubanos fue alimentada por altos dirigentes que anunciaron el fin de semana “grandes decisiones” a tomar por el recién electo Parlamento, pero el presidente provisional, Raúl Castro, advierte que vendrán “poco a poco”.

La elección el domingo de la nueva Asamblea Nacional (Parlamento) se hace en “una etapa muy compleja” en la que se enfrentarán “diferentes situaciones y grandes decisiones”, dijo Raúl, tras votar.

Añadió que el 24 de febrero será la sesión de constitución de la Asamblea y del Consejo de Estado, donde se decide el futuro político del líder Fidel Castro, quien convalece hace 18 meses de una crisis intestinal.

Tras conocer las inquietudes que apremian a los cubanos por un proceso de debate que convocó para analizar los problemas con “sinceridad y valentía”, Raúl Castro moderó ahora la velocidad de esos cambios. “Poco a poco”, subrayó.

En esas reuniones de centros laborales, académicos y núcleos de vecinos intervinieron cinco millones de personas, que plantearon desde problemas básicos de vivienda, transporte, alimentación y costo de la vida, hasta un exceso de prohibiciones y limitaciones legales no justificadas.

El canciller Felipe Pérez Roque dijo que el Parlamento tendrá que adoptar “decisiones importantes de leyes que fortalezcan el socialismo y que rectifiquen muchas de las cuestiones”.

Casi 18 meses de administración de Raúl dejan una estela de cambios moderados, como facilidades aduanales, estimulación a la producción láctea y agrícola, apertura a la crítica en la prensa, hasta otros menos populares, como impuestos para cubanos que ganan divisas como gratificación en su trabajo.

Esa tónica de goteo silencioso -indican observadores- parece que caracterizará la aplicación de medidas por venir, en contraposición del paquete de reformas aplicado en 1993.

En Cuba pocos dudan que se avecinan cambios, aunque parte de la población y de la disidencia es escéptica y trata de “resolver” sus problemas domésticos “por la izquierda” (ilegal) o la emigración, una bomba de tiempo que preocupa a muchos por sus efectos descapitalizadores. Muchos esperan que se pase de la retórica a los hechos, y comiencen a llegar alivios a las tensiones cotidianas.

 
 
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