Voraz
pez caminador pone en peligro el ecosistema cubano
WILFREDO CANCIO
ISLA
El Nuevo Herald
El pez gato o claria se ha convertido en una amenaza
para el ecosistema cubano.La historia del pez gato caminador en
Cuba hubiera deslumbrado a Jack Arnold, el artífice del filme
El Monstruo de la Laguna Negra (1954). O tal vez sea Steven Spielberg
quien termine cautivado por las terríficas aventuras de esta
especie que vive en los estanques, presas y hasta conductos albañales
de la isla.
Introducido en la isla para aumentar el consumo de
proteínas de la población durante los años
del llamado "período especial'', el pez gato o claria
se ha convertido en pocos años en una poderosa amenaza para
el ecosistema nacional.
El pez es originario de Asia y bajo su nombre se
agrupan unas 2,000 especies extendidas por India, el sudeste asiático,
Indonesia y el norte de Africa. Carnívora y altamente depredadora,
la claria se cría en agua dulce y tiene capacidad para buscar
alimentos fuera de sus estanques, deslizándose por tierra
mediante fuertes sacudidas de la cola.
Su expansión incontrolada en Cuba durante
la última década está provocando serios estragos
en la fauna y vegetación acuáticas, el equilibrio
ecológico y la vida doméstica. No sólo arrasa
con tilapias y ranas, sino que también ataca a aves y ratones,
y puede introducirse en cuevas subterráneas, alcantarillados
y tuberías caseras.
"Considero que es la mayor amenaza para el ecosistema
del país en este momento'', opinó el biólogo
marino Guillermo García, residente en la isla. "Se comen
las tilapias, se comen entre ellas mismas, las tencas, un pollo,
una ranita, cualquier animal, cualquier cosa que se mueva fuera
del control de los humanos''.
García ofreció este testimonio en Revolución
azul, un documental realizado en el 2006 por el joven cineasta mexicano
Diego Fabián Archondo. El filme de apenas 10 minutos podrá
verse hoy a las 6:00pm, por AmericaTeVe (canal 41) en el programa
La mirada indiscreta, conducido por el crítico Alejandro
Ríos.
El documental de Archondo, estudiante de la Escuela
Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, en las
afueras de La Habana, trata de la preocupante proliferación
de las clarias en la cotidianidad cubana. El cineasta viaja hasta
el pueblo de Hershey, en la provincia de Matanzas, donde un chinocubano
llamado Macario Toledo muestra las clarias que crecen en un estanque
en el patio de su casa.
El título del documental proviene del nombre
de un programa popular establecido en 1990, cuando la agudización
de la crisis económica hizo que el gobierno autorizara la
construcción de pequeños estanques hogareños
para que las familias pudieran criar peces comestibles. Se estima
que las clarias comenzaron a entrar en Cuba entre 1995 y 1996, procedentes
de Tailandia.
Toledo, un comunista fiel e integrante del Ministerio
del Interior (MININT), asegura que la cría de su estanque
le ha permitido abastecer no sólo sus necesidades hogareñas,
sino también saciar la demanda de comedores obreros y algunas
pescaderías en el pueblo.
Sin embargo, las propias autoridades cubanas han
dado ya la alarma sobre el pez gato caminador o clarias batrachus,
que es la especie más conocida en la isla.
Según datos del Centro Nacional de Areas Protegidas,
las clarias amenazan potencialmente en el medio natural a 242 especies
de la fauna cubana, de las cuales 75 son endémicas, 29 raras
o locales y 25 introducidas. Una de las zonas de mayor peligro es
la Ciénaga de Zapata, reservorio natural cubano, donde se
han capturado clarias con jicoteas y cocodrilos pequeños
en su estómago.
El Ministerio de la Industria Pesquera (MIP) se vio
obligado en el 2006 a emitir una resolución para fijar una
estrategia de seguridad biológica en el país y "revertir
episodios desfavorables como el de la claria o pez gato caminador''.
Las clarias han demostrado ser tan voraces como invasivas.
Al parecer los problemas comenzaron cuando los primeros ejemplares
en cautiverio escaparon de las pocetas y llegaron a ríos,
lagunas y presas, así como a criaderos particulares. Las
primeras fugas se originaron por las inundaciones de pocetas a consecuencia
de las lluvias, pero también porque los alevines de pez gato
se comercializaron en el mercado negro interno como una verdadera
promesa alimentaria.
"Aquí se decía que era un alimento
con mucha proteína, que los vietnamitas ganaron la guerra
con la fuerza que les dio la carne de claria'', narró Filiberto
Núnez, un mecánico de Jagüey Grande, en Matanzas.
Otras personas trataron de adaptarlo a sus peceras
como una especie exótica ornamental. Las clarias más
comunes miden entre 50 y 60 centímetros, con una aleta dorsal
muy larga y ocho hilos de bigote sobre una boca de gran capacidad
devoradora.
Hace dos años la prensa cubana reportó
el caso de Humberto Navarro, un residente de Matanzas que se quejaba
de una persistente tupición en las tuberías de su
casa. Cuando Navarro pasó una cinta metálica por los
tubos de desagüe, se encontró al causante del problema:
un pez negrusco de cerca de tres libras que lo miraba chorreando
lodo de fosa.
Algunos las pescan incluso en alcantarillas en plena
calle.
"En Cuba la han bautizado como pez diablo'',
escribió el periodista independiente Juan González
Febles. "Los paleros [santeros] dicen que el animalito es africano
y está consagrado a Eshu, el diablo en la Regla de Palo Mayombe''.
La invasión de las clarias transcurre fundamentalmente
en la zona occidental y central del país, desde Pinar del
Río hasta Sancti Spíritus. Se produce también
en los muy contaminados ríos Almendares y Luyanó en
La Habana.
"Es como una cloaca ambulante'', contó
Pedro Díaz, un agricultor pinareño. "Se come
lo mismo los huevos de los nidos o muerde a un puerco en un corral
lleno de fango".
No obstante Cuba insiste en que la introducción
controlada de la claria en la acuicultura nacional produce rendimientos
productivos como los de ninguna otra especie. El pasado año
una empresa acuicola en La Sierpe, provincia de Sancti Spiritus,
reportó haber sembrado en abril 96,000 alevines de claria,
con la obtención de 80,000 con talla comercial adecuada tan
solo cuatro meses después.
La claria se utiliza mayormente para elaborar embutidos,
perros calientes y chorizos en las industrias locales.
El documental incluye también referencias
a los presuntos experimentos transgénicos realizados por
la biotecnología cubana con las clarias para aumentar su
crecimiento.
"El cine burlón realizado por jóvenes
en la isla se ríe de las tropelías que causan el hambre
y la ineficiencia económica'', expresó Alejandro Ríos.
"Entre las vacas enanas que van a garantizar
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