Crónica           IMPRIMIR
16 de enero de 2008

Nefasto, los intercambios y las iniciativas

Víctor Manuel Domínguez, Sindical Press

LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - El Diccionario Especial de Lingüística Revolucionaria Aplicada (DELIRA), define como ningún otro el término intercambio.

Mientras que el Gran Diccionario de la Lengua Española (Larouse) califica esa palabra como “cambio recíproco de personas, cosas, grupos, servicios o ideas”, el DELIRA lo conceptualiza cual sinónimo de azada; es decir, que la acción se realice para un solo lado.

Y por eso me espanta que un culturoso de la talla de Bill (o vil, a lo cubano) Martínez, uno de los promotores de la iniciativa US-Cuba Cultural Exchange, ante la pregunta ¿puede aceptar tranquilamente un norteamericano que le nieguen viajar a la Isla, o le prohíban a una orquesta o una compañía cubana de danza actuar en EE.UU.?, respondiera que “esas barreras hacen que nosotros perdamos el sentido de autodignidad, agreden nuestra dignidad”.

Parece mentira que Vil (o Bill, a la americana), aún no comprenda las expresiones del idioma revolucionario cubano recogidas en DELIRA, tan ricas en innovaciones lingüísticas como: lucha por robo, animal por inteligente, bestia por bella, íntegro por corrupto, revolución por estancamiento, y período especial por crisis económica galopante, entre otros aportes a la lengua castellana.

Resulta increíble que hasta Sean Penn, en otra actuación magistral, asegure risueño que “cuando el diálogo e interacción entre artistas de un país y algún otro es prohibido, comenzamos a sentir humillada nuestra propia humanidad”.

No hay dudas de que han confundido intercambio cultural con relajo, toma y daca, lo mismo pa´ ti que pa´ mí, juego entre dos y tantas acciones más alejadas del vocabulario revolucionario.

Cuando en Cuba se dice intercambio cultural (al menos con los EE.UU.) hay que entenderlo así: Si enviamos de gira a los Van Van, no me puedes mandar a Sandoval, pero aceptamos a Noam Chomski.

De permitir que visite Chicago Tata Guiñes, no aceptaremos a Paquito de Rivera, aunque sí a Max Lesnix o Alberto Sarraín con su Mateodora.

Un verdadero intercambio debe ser unilateral y selectivo. Nada de yo te mando diez y tú me mandas once ni nada por el estilo.

En cuanto a eso de sentir humillada la dignidad porque no los dejen viajar a Cuba, no puede existir mejor ejemplo que el de los artistas cubanos que no los dejan viajar a los Estados Unidos.

¿Acaso olvidaron a los más de cuarenta integrantes de la compañía danzaria Havana Night que por impedirles viajar a Nevada, enfilaron hacia México y pasaron indignados la frontera para pedir asilo en los Estados Unidos?

¿No se acuerdan del humorista conocido por Bonkó Quiñongo, quien por presentar su espectáculo En Blanco y Negro a los cubanos de Miami se le despojó del permiso de residencia en España y no puede regresar a su país ni a ver sus hijos?

Y ni hablar si se les ocurriera pedirnos que aceptemos una delegación artístico cultural integrada por Willi Chirino, Reinaldo Miravalles, Gloria Estefan, Orlando Casín o Deysi Dalmajó, pues eso, en vez de un intercambio, quedaría recogido en el DELIRA como una invasión, ya que no hay peor cuña que la del propio palo.

Si les hablo de esos pobres diablos cubanos es porque si no permitimos que ni ellos intercambien con nosotros, ¿cómo aceptar que cualquiera viaje a los Estados Unidos con lo apurado que andan los aviones que dejan en tierra hasta el tarugo de la compañía?

Miren si no esos tres bailarines del Ballet Nacional de Cuba que los dejó un vuelo en Canadá y tuvieron que cruzar a Nueva York para luego sufrir viajando a Miami. O los músicos que se quedaron varados en Brasil y tuvieron que acudir al asilo político.

Por eso es que me asombra que aboguen por el levantamiento de las barreras culturales, si lo que hace falta es un muro de contención que sólo brinquen los elegidos.

Así que no deliren y estudien los conceptos del DELIRA, donde el intercambio cultural está bien definido: acción que se realice para un solo lado.

Eso se los aseguro yo, Nefasto “El lingüista”

 
 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.