Negocios
y derechos humanos
Helena Bambasova, viceministra de Exteriores,
muestra escepticismo sobre si la libertad económica conduce
siempre a la libertad política.
Nilda Navarrete, Praga
La diplomacia checa estima que defender la democracia y los derechos
humanos en Cuba puede afectar de momento a los empresarios checos,
pero a la larga estos podrían ganar ciertas ventajas, junto
a los de otros países que comparten los mismos puntos de
vista en cuanto a estrategia económica exterior. Porque lo
cierto es que "el régimen de Castro no será eterno".
Quien habla es Helena Bambasova, viceministra de
Relaciones Exteriores para la Diplomacia Económica de la
República Checa, quien dijo durante una entrevista publicada
por el prestigioso semanario local Euro, que a pesar de que su trabajo
persigue promocionar los objetivos comerciales checos, hay casos
como el de Cuba, donde los negocios y el tema de los derechos humanos
provocan posiciones encontradas.
Bambasova pertenece a la joven generación
de diplomáticos checos (40 años), quienes consideran
que los años de herencia totalitaria "dan a los checos
cierta legitimidad y hasta obligación" al apoyar a las
fuerzas democráticas y la sociedad civil en Cuba. Admite
que dentro de la Unión Europea "la política hacia
este aspecto no está totalmente unificada… Digamos
que hay 27 países miembros. En una punta de ese abanico está
España y en la otra nosotros".
"¿Quiere decir en el polo opuesto?",
pregunta el periodista del semanario económico más
leído por los hombres de negocio en este país postcomunista
del centro de Europa. "Sí, contesta la viceministra,
aunque reconozco que los intereses españoles en América
Latina son diferentes de los nuestros. Ellos tienen una posición
mucho mejor, por su conocimiento del mercado local y el idioma",
pero "la nuestra es una posición que hemos asumido desde
los años noventa y seguimos invirtiendo grandes esfuerzos
en el apoyo y la ayuda a la democracia en Cuba".
Diplomática de carrera, formada totalmente
después de la caída del comunismo en este país,
Bambasova cree que su política "a lo mejor debilita
las oportunidades de algunos empresarios checos en Cuba, pero lo
cierto es que de cualquier manera nosotros no tendríamos
las mismas oportunidades que los españoles, aunque llegásemos
a comportarnos como ellos", señala.
Y explica: "El régimen de Castro puede
ver mal a los empresarios checos, sin embargo se realizan algunas
transacciones. Si la transacción es considerada buena por
los cubanos, siempre hay oportunidad de concretar algún negocio".
Bambasova prosigue: "Pero también queda la cuestión
de si comportarnos según nuestros principios, mejora nuestras
posiciones de cara al futuro, ya que el régimen de Castro
no será eterno".
Lo que desea Praga
Según Bambasova, Praga no pretende cambiar
el régimen de La Habana, porque "eso sería intervenir
en la soberanía de otro Estado".
"Nosotros lo que hacemos es apoyar a las fuerzas
democráticas para la transformación y el desarrollo
de la sociedad civil", dice.
Su política es que "en todos los países
exista y funcione una oposición libre y legítima,
que funcione un régimen democrático para que los ciudadanos
tengan la posibilidad de elegir libremente el régimen que
desean".
Afirma además: "Está claro que
nosotros no nos proponemos manipular a una sociedad, con el deseo
de llevarla a un cambio de régimen que a nosotros nos guste
más. Esto no lo hacemos, y todo lo que se diga en este sentido
carece de fundamento. Lo que sí deseamos es que los cubanos
puedan elegir libremente el régimen que deseen de manera
democrática".
¿Y esto no afecta los intereses checos? "Depende
desde qué perspectiva de tiempo se analice. En el corto plazo,
a lo mejor nos afectamos, pero en el largo plazo, a lo mejor es
lo contrario. Este es uno de los ángulos de nuestro análisis.
El otro aspecto en que podemos verlo es que podemos ganar ciertas
ventajas en las alianzas con los países que comparten nuestro
punto de vista".
"Constantemente estamos creando una imagen de
la República Checa y ampliando la reputación de sus
lazos con nuestros aliados. Si somos responsables y defendemos ciertos
valores en las relaciones hacia el régimen de Cuba, o el
de Bielorrusia, creemos que con esta política reforzamos
las alianzas con nuestros socios".
¿Y no podrían utilizar la herramienta
económica para conseguir esos cambios hacia la democracia?
"Es una pregunta bastante complicada. Se ha escrito mucho sobre
el tema, sobre si la libertad económica lleva también
hacia la libertad política, si esas dos libertades están
directamente relacionadas. Durante la era totalitaria, en Radio
Europa Libre, que se transmitía hacia el Este de Europa,
se discutía mucho sobre si la liberación del marco
económico llevaba forzosamente a la erosión de un
sistema político rígido".
"Pero por lo que parece, esto podría
ser posible en teoría, pero no es lo que ocurre en algunos
países asiáticos. China es un buen ejemplo, pues allá
las reformas económicas se encuentran bastante avanzadas,
mientras que el régimen no parece que haya variado de manera
importante".
Helena Bambasova trabaja en el Palacio de Cernin
(sede del Ministerio de Exteriores checo) desde 1992 y fue viceministra
por primera vez entre 1994 y 1997. Luego fue embajadora en Holanda
y miembro del Instituto Económico GERGE.
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