10 de enero de 2008

Negocios y derechos humanos
Helena Bambasova, viceministra de Exteriores, muestra escepticismo sobre si la libertad económica conduce siempre a la libertad política.

Nilda Navarrete, Praga

La diplomacia checa estima que defender la democracia y los derechos humanos en Cuba puede afectar de momento a los empresarios checos, pero a la larga estos podrían ganar ciertas ventajas, junto a los de otros países que comparten los mismos puntos de vista en cuanto a estrategia económica exterior. Porque lo cierto es que "el régimen de Castro no será eterno".

Quien habla es Helena Bambasova, viceministra de Relaciones Exteriores para la Diplomacia Económica de la República Checa, quien dijo durante una entrevista publicada por el prestigioso semanario local Euro, que a pesar de que su trabajo persigue promocionar los objetivos comerciales checos, hay casos como el de Cuba, donde los negocios y el tema de los derechos humanos provocan posiciones encontradas.

Bambasova pertenece a la joven generación de diplomáticos checos (40 años), quienes consideran que los años de herencia totalitaria "dan a los checos cierta legitimidad y hasta obligación" al apoyar a las fuerzas democráticas y la sociedad civil en Cuba. Admite que dentro de la Unión Europea "la política hacia este aspecto no está totalmente unificada… Digamos que hay 27 países miembros. En una punta de ese abanico está España y en la otra nosotros".

"¿Quiere decir en el polo opuesto?", pregunta el periodista del semanario económico más leído por los hombres de negocio en este país postcomunista del centro de Europa. "Sí, contesta la viceministra, aunque reconozco que los intereses españoles en América Latina son diferentes de los nuestros. Ellos tienen una posición mucho mejor, por su conocimiento del mercado local y el idioma", pero "la nuestra es una posición que hemos asumido desde los años noventa y seguimos invirtiendo grandes esfuerzos en el apoyo y la ayuda a la democracia en Cuba".

Diplomática de carrera, formada totalmente después de la caída del comunismo en este país, Bambasova cree que su política "a lo mejor debilita las oportunidades de algunos empresarios checos en Cuba, pero lo cierto es que de cualquier manera nosotros no tendríamos las mismas oportunidades que los españoles, aunque llegásemos a comportarnos como ellos", señala.

Y explica: "El régimen de Castro puede ver mal a los empresarios checos, sin embargo se realizan algunas transacciones. Si la transacción es considerada buena por los cubanos, siempre hay oportunidad de concretar algún negocio". Bambasova prosigue: "Pero también queda la cuestión de si comportarnos según nuestros principios, mejora nuestras posiciones de cara al futuro, ya que el régimen de Castro no será eterno".

Lo que desea Praga

Según Bambasova, Praga no pretende cambiar el régimen de La Habana, porque "eso sería intervenir en la soberanía de otro Estado".

"Nosotros lo que hacemos es apoyar a las fuerzas democráticas para la transformación y el desarrollo de la sociedad civil", dice.

Su política es que "en todos los países exista y funcione una oposición libre y legítima, que funcione un régimen democrático para que los ciudadanos tengan la posibilidad de elegir libremente el régimen que desean".

Afirma además: "Está claro que nosotros no nos proponemos manipular a una sociedad, con el deseo de llevarla a un cambio de régimen que a nosotros nos guste más. Esto no lo hacemos, y todo lo que se diga en este sentido carece de fundamento. Lo que sí deseamos es que los cubanos puedan elegir libremente el régimen que deseen de manera democrática".

¿Y esto no afecta los intereses checos? "Depende desde qué perspectiva de tiempo se analice. En el corto plazo, a lo mejor nos afectamos, pero en el largo plazo, a lo mejor es lo contrario. Este es uno de los ángulos de nuestro análisis. El otro aspecto en que podemos verlo es que podemos ganar ciertas ventajas en las alianzas con los países que comparten nuestro punto de vista".

"Constantemente estamos creando una imagen de la República Checa y ampliando la reputación de sus lazos con nuestros aliados. Si somos responsables y defendemos ciertos valores en las relaciones hacia el régimen de Cuba, o el de Bielorrusia, creemos que con esta política reforzamos las alianzas con nuestros socios".

¿Y no podrían utilizar la herramienta económica para conseguir esos cambios hacia la democracia? "Es una pregunta bastante complicada. Se ha escrito mucho sobre el tema, sobre si la libertad económica lleva también hacia la libertad política, si esas dos libertades están directamente relacionadas. Durante la era totalitaria, en Radio Europa Libre, que se transmitía hacia el Este de Europa, se discutía mucho sobre si la liberación del marco económico llevaba forzosamente a la erosión de un sistema político rígido".

"Pero por lo que parece, esto podría ser posible en teoría, pero no es lo que ocurre en algunos países asiáticos. China es un buen ejemplo, pues allá las reformas económicas se encuentran bastante avanzadas, mientras que el régimen no parece que haya variado de manera importante".

Helena Bambasova trabaja en el Palacio de Cernin (sede del Ministerio de Exteriores checo) desde 1992 y fue viceministra por primera vez entre 1994 y 1997. Luego fue embajadora en Holanda y miembro del Instituto Económico GERGE.

 
 
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