8 de enero de 2008

El Papa augura a Cuba un futuro mejor


CIUDAD DEL VATICANO - El papa Benedicto XVI expresó su deseo de un futuro mejor para Cuba al recibir el lunes al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede para los saludos de inicio de año.

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Señaló que Cuba "se apresta a celebrar el décimo aniversario de la visita de mi venerado predecesor. El papa Juan Pablo II fue recibido con afecto por las autoridades y por la población, animando a todos los cubanos a colaborar para conseguir un futuro mejor. Permítaseme retomar este mensaje de esperanza que no ha perdido nada de su actualidad".

Dijo también que "la calurosa acogida de los brasileños permanece todavía vibrante en mi corazón", donde "tuve la alegría de encontrar a los representantes de la gran familia de la Iglesia en América Latina y en el Caribe, reunidos en Aparecida para la Quinta Conferencia General del CELAM".

Expresó que "en el ámbito económico y social, pude apreciar tanto signos elocuentes de esperanza para este continente como motivos de preocupación".

"¿Cómo no desear una cooperación creciente entre los pueblos de América Latina, así como el cese de tensiones internas en cada uno de los países que la componen, para que puedan converger en los grandes valores inspirados por el Evangelio?", se preguntó.

Precisó que "mi pensamiento y mi oración se dirigen sobre todo hacia las poblaciones golpeadas por espantosas catástrofes naturales", en referencia a los huracanes e inundaciones que han devastado ciertas regiones de México y de América Central.

Recordó la visita que a finales de agosto realizó a Perú el cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone quien, dijo, "me ofreció un testimonio directo de la destrucción y la desolación provocada por el terrible terremoto, pero también del ánimo y de la fe de las poblaciones afectadas".

"Frente a los trágicos acontecimientos de este tipo, es necesario un compromiso común y decidido. Como he escrito en la Encíclica sobre la Esperanza, 'La grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad' ", expresó.

 
 
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