Raúl
Castro aboga por «¿A trabajar duro!» como nueva
consigna para Cuba
La Rioja - M. LÓPEZ DE GUEREÑO
Por primera vez en muchos años, un dirigente cubano no terminaba
un discurso importante con el consabido «Patria o Muerte,
¿Venceremos!». El pasado 28 de diciembre Raúl
Castro dejó a todos, diputados presentes en la última
sesión de la Asamblea Nacional y a aquellos cubanos que escuchaban
desde sus casas, esperando la tradicional consigna, en su lugar
deseo a «cubanas y cubanos, un feliz año 2008. Celebren,
descansen, recuperen fuerzas, lo merecen. ¿Y a trabajar duro!».
La petición no es nueva. Se ha repetido incesantemente
en los 49 años de revolución, pero el seguimiento
dejó bastante que desear. Sin embargo, parece ser la receta
para poder encarar un año crucial en el que se definirá
el futuro político de Fidel Castro y los dirigentes comunistas
tendrán que dar respuesta al anhelo de los cubanos por cambios
que resuelvan los problemas cotidianos, tal como expresaron en más
de 1.300.000 planteamientos recogidos a partir de más de
tres millones de intervenciones realizadas en debates tanto en centros
de trabajo, como en barrios y grupos de vecinos.
Cuando hace 17 meses Fidel Castro delegó «provisionalmente»
todas sus funciones en su hermano, el general Raúl Castro,
los más agoreros pronosticaban la caída del régimen.
El tiempo ha demostrado que la continuidad -inmovilismo dicen los
disidentes- ha sido la tónica, aunque no faltan quienes opinan
que mientras el líder cubano esté vivo nada cambiará
realmente en Cuba.
Aferrarse al cargo
Castro reconoció que su deber era no
aferrarse a cargos «ni obstruir el paso a personas más
jóvenes», sino aportar su experiencia. Su hermano dijo
que no se le «abruma con problemillas pero le consultamos
todas las cuestiones principales». Pero a sus 81 años
fue nominado para las elecciones del 20 de enero y puede volver
a ser reelegido presidente.
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