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2 de enero de 2008

Primera misa oficiada en Cuba por alto Dominico


Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, enero, (www.cubanet.org) -La primera celebración oficiada en Cuba, por el padre de la Orden Católica de Santo Domingo de Guzmán, Joao Xerry, fue la misa del Gallo (Misa de Navidad) el pasado 25 de diciembre. La misma tuvo lugar en la parroquia de las hermanas dominicas de clausura, Santa Catalina, también llamada Perpetuo Socorro, en el barrio Nuevo Vedado, donde reside una buena parte de los funcionarios de la dictadura.

Xerry, sacerdote de origen maltés, es el Socio (responsable) por la orden para América Latina. Éste ha acompañado en su visita al Maestro General de la Orden de los Dominicos, Carlos Aspiroz.

Su homilía, en portuñol, fue una profunda reflexión en torno al significado de la Navidad. Habló del significado de todas aquellas pequeñas cosas que ocurren en la vida cotidiana de cualquier ser humano y de la importancia de la unidad y la confianza dentro de la familia.

Los frailes dominicos, orden instituida por el español Santo Domingo de Guzmán, son la génesis fundacional de una buena parte de las universidades en todo el mundo; incluida la primera universidad cubana, La Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana. Es tal la trascendencia de esta orden que su escudo preside el suelo de la actual Aula Magna, dentro del principal recinto universitario de la Isla.

En Cuba los dominicos fueron desplazados de su carisma principal, la enseñanza, luego de la llegada al poder del dictador Fidel Castro Ruz, en 1959. Después de la visita a Cuba de su Santidad Juan Pablo II, en 1998, las autoridades les permitieron la creación de un pequeño centro de formación y la construcción de una sala de conferencias, nombrada Fray Bartolomé de Las Casas. Dicha sala de conferencias ocupa el mismo lugar donde se discutiera y aprobara la constitución cubana de 1940.

Entre los asistentes a la misa del Gallo estaban las hermanas dominicas de clausura, laicos, vecinos y otros visitantes. Tal vez la curiosidad principal de la noche fue la ausencia, por motivos ignorados, de la hermana católica del presidente, Agustina Castro Ruz, fiel devota y miembro de esta parroquia.


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