Primera
misa oficiada en Cuba por alto Dominico
Leonel Alberto Pérez Belette
LA HABANA, Cuba, enero, (www.cubanet.org) -La primera
celebración oficiada en Cuba, por el padre de la Orden Católica
de Santo Domingo de Guzmán, Joao Xerry, fue la misa del Gallo
(Misa de Navidad) el pasado 25 de diciembre. La misma tuvo lugar
en la parroquia de las hermanas dominicas de clausura, Santa Catalina,
también llamada Perpetuo Socorro, en el barrio Nuevo Vedado,
donde reside una buena parte de los funcionarios de la dictadura.
Xerry, sacerdote de origen maltés, es el Socio
(responsable) por la orden para América Latina. Éste
ha acompañado en su visita al Maestro General de la Orden
de los Dominicos, Carlos Aspiroz.
Su homilía, en portuñol, fue una profunda
reflexión en torno al significado de la Navidad. Habló
del significado de todas aquellas pequeñas cosas que ocurren
en la vida cotidiana de cualquier ser humano y de la importancia
de la unidad y la confianza dentro de la familia.
Los frailes dominicos, orden instituida por el español
Santo Domingo de Guzmán, son la génesis fundacional
de una buena parte de las universidades en todo el mundo; incluida
la primera universidad cubana, La Real y Pontificia Universidad
de San Jerónimo de La Habana. Es tal la trascendencia de
esta orden que su escudo preside el suelo de la actual Aula Magna,
dentro del principal recinto universitario de la Isla.
En Cuba los dominicos fueron desplazados de su carisma
principal, la enseñanza, luego de la llegada al poder del
dictador Fidel Castro Ruz, en 1959. Después de la visita
a Cuba de su Santidad Juan Pablo II, en 1998, las autoridades les
permitieron la creación de un pequeño centro de formación
y la construcción de una sala de conferencias, nombrada Fray
Bartolomé de Las Casas. Dicha sala de conferencias ocupa
el mismo lugar donde se discutiera y aprobara la constitución
cubana de 1940.
Entre los asistentes a la misa del Gallo estaban
las hermanas dominicas de clausura, laicos, vecinos y otros visitantes.
Tal vez la curiosidad principal de la noche fue la ausencia, por
motivos ignorados, de la hermana católica del presidente,
Agustina Castro Ruz, fiel devota y miembro de esta parroquia.
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