¿A Mella lo mataron los comunistas?

Tania Díaz Castro 

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) – Hay historias, referentes a los partidos comunistas, que aún están por conocerse, y que callan hoy los nuevos seguidores del marxismo.  

Una de esas historias es la muerte de Julio Antonio Mella (1903-1929), líder estudiantil de filiación marxista y fundador del primer Partido Comunista de Cuba.  

Todo comenzó en marzo de 1927, cuando Mella realizó una visita de trabajo a la URSS. Algunos de sus biógrafos afirman que cuando el líder cubano hizo duras críticas a la política del Kremlin, donde ya se producían  detenciones, interrogatorios, desapariciones y asesinatos producto de las purgas de José Stalin, algunos dirigentes comunistas latinoamericanos allí presentes, rechazaron al joven dirigente.

Otros testigos de aquellos días en Moscú han explicado con más claridad cómo Mella fue víctima de los celos y la envidia por parte de algunos de los más experimentados comunistas occidentales, entre ellos el argentino Vittorio Codovila, el peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, quienes lo acusaron de arrogante, rebelde, caudillo y pequeño burgués, cuando se dieron cuenta de que el cubano era un fuerte rival capaz de conquistar el Kremlin y convertirse en una de las grandes figuras del comunismo latinoamericano,  

En Moscú se discutió durante días la posibilidad de dejar a Mella en esa ciudad, con el fin de proteger su vida, puesto que todos sabían que el propósito del dictador cubano Gerardo Machado era matarlo.

Tras una votación amañada, dirigida por Codovila y Haya de la Torre, el grupo de líderes de América Latina, donde estaba presente el cubano Blas Roca, aceptaron de forma disciplinada que Mella residiera en Ciudad México, donde una noche del mes de enero de 1929, acompañado de su amante, la famosa fotógrafa Tina Modotti, cayó herido de muerte en plena calle.

Antes de morir, Julio Antonio Mella dejó claro que había sido  Machado el asesino, pero calló para siempre que aquellos miembros disciplinados que había conocido en Moscú, pudieron haber evitado su muerte.