I ESPAÑOL I ENGLISH I CONTACTO I NOSOTROS I NOTICIAS POR E-MAIL
17 de diciembre de 2008
IMPRIMIR

Alta fidelidad

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press 

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Vanessa Redgrave mira a Cuba con los mismos lentes que trajo en 1963. Hace 45 años de su primer viaje y los recuerdos de antaño se mantienen intactos en su memoria. Ella observa un país ejemplar, vuelve a regodearse en una vista panorámica por los llamados logros revolucionarios y no atina a ver las manchas que sobresalen por encima de la arquitectura retórica y los traspiés de un socialismo con botas de hierro.

La actriz británica regresa a La Habana para airear su admiración por el gobierno de partido único más largo de la historia contemporánea. Cree que ese estilo de mando es el ideal para un mundo convulso y plagado de complejidades. Elogia la determinación, la resistencia, la perseverancia del régimen, y el hecho de haber convertido la educación en un derecho natural de todos los ciudadanos. Eso dijo a la prensa nacional e internacional durante una rueda de prensa con el fin de promocionar el nuevo filme La Fiebre, dirigido por su hijo y donde se desenvuelve en el papel protagónico.

No es que se haya equivocado en su juicio, lo lamentable es el discurso sin acotaciones ni otras piezas afines a la objetividad. Según estima, Cuba, bajo la férula del partido comunista, ha avanzado en pos de la excelencia.

Es cierto que en los casi 50 años de vida, la revolución erradicó el analfabetismo y ha graduado a miles de personas en estudios superiores. Sin embargo, las estadísticas esconden un sinnúmero de grietas que sirven, además, como signos de interrogación.
En ese afán por dotar al proceso de trascendencia y virtud, se redujo a cero la racionalidad y el mandato de la eficiencia en todos sus aspectos. El desenvolvimiento del proyecto revolucionario ha estado marcado por una ideología que incentiva, entre otras cosas, la burocracia, la movilización permanente, el arbitrario reparto del presupuesto, la consolidación de un patrón social supeditado a los requerimientos políticos de un partido que compra obediencia a puro garrote, y en la anárquica selección de las prioridades para el desarrollo, muy proclives a buscar la gloria y el aplauso antes que la eficacia, la estabilidad y lo ventajosamente sostenible.

Así se ha creado un país con muchísimos ingenieros en agronomía y  apenas se producen alimentos, millones de médicos y los servicios en este rubro son cada día peores, profesores a montones y en las aulas hay déficit de maestros.

Estos detalles no son visibles con los lentes o el mismo tiro visual de la señora Vanessa Redgrave. Su mirada es incondicional, complaciente, se ajusta a las descripciones de otros artistas o personajes célebres del occidente capitalista.

Todos llegan al altar revolucionario con la reverencia de turno y otros rituales de la devoción. Miran a los santos y después se convierten en voceros de sus presuntos milagros.

Desde cualquier vetusto edificio de la Habana, los inquilinos miran esos altares con sospecha. Las mismas figuras en los pedestales, idénticos los discursos y exactas las promesas incumplidas de hace 20, 30 y 40 años.

A los 71 años, Vanessa Redgrave es todavía una mujer bella y con ánimos de continuar pegada al celuloide. Cuenta con un prolífico desempeño en la cinematografía. Fue laureada con un Oscar en 1977 por su interpretación en la cinta Julia, y es embajadora de buena voluntad de UNICEF. Es incuestionable su currículo artístico, relevancia que no se corresponde con su inocente percepción respecto a Cuba.

Puede ser que el margen de error vaya a cuenta de la lejanía. Tratar de ser objetivo desde Londres o Nueva York no es fácil; el bosque de lejos suele verse mejor. Aquí, en la maleza, hace bastante que las rosas dieron paso a las espinas. La señora Redgrave no entendería nada o muy poco de lo que estoy diciendo. Para eso tendría que convertirse en mi vecina.

oliverajorge75@yahoo.com

 

GALERÍA DE ARTE
CARTELES DE CUBA
GALERÍA DE FOTOS
Fotos de Nury A. Rodríguez
REVISTA CUBANET
 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material siempre que se le reconozca como fuente.