Miriam Makeba, ¿realmente luchadora contra toda  la discriminación? 

Iliana Curra 

MIAMI, Florida, diciembre, (www.cubanet.org) -He leído un artículo sobre Miriam Makeba escrito por Adrián Leyva y publicado en Cubanet. Realmente me llama la atención que a esta cantante, aliada del castrismo por mucho tiempo, se le quiera recordar como una luchadora contra todo tipo de discriminación. O que, como dice el articulista, luchara “simbólicamente contra toda discriminación que negara o restringiera la condición ciudadana de cada individuo”. 

Si ella luchó contra el apartheid en Sudáfrica, tendrá ese mérito, pero permitió otros tipos de discriminaciones, como por ejemplo, la de Cuba. Fue ella una privilegiada dentro de esa isla, mientras el pueblo, reprimido y encarcelado, abogaba también por las mismas libertades que ella pedía para su pueblo. 

A Miriam Makeba le entregó, personalmente la ciudadanía cubana, el llamado “canciller de la dignidad”, nada más y nada menos que un chusma llamado Raúl Roa, que con todo su “nivel” diplomático, era capaz de armar escándalos en las Naciones Unidas como el mejor chancletero de cualquier solar. Esa ciudadanía otorgada tenía una connotación eminentemente política. Miriam Makeba podía reunirse con el Comandante en Jefe, como llamaban al dictador cubano, cada vez que quería. 

Y es que, justamente, el articulista menciona a varias de las figuras “consagradas en la música y en la defensa de los derechos civiles”, que han sido también figuras de la extrema izquierda internacional, que rezan a Dios pero visitan al Diablo en busca de soporte ideológico, y que han sido visitantes permanentes a Cuba. 

No cuestiono la lucha de Miriam Makeba en contra de la segregación racial; nadie con dos dedos de frente puede querer discriminación alguna. Pero decir que luchó, “simbólicamente hablando, contra toda discriminación”, es realmente desconocer la vida de esta cantante que tanto visitaba la isla secuestrada por una tiranía nefasta desde hace medio siglo, y mantenía muy cordiales relaciones con esa dictadura.

Su esposo, Stockely Carmichael, fue líder del grupo radical afro americano de extrema izquierda conocido como Las Panteras Negras, recordado por sus acciones violentas y su manifiesta intención de destruir este país. 

El articulista trata de hacer una comparación entre la segregación racial de Sudáfrica y la política migratoria de Cuba, algo que se queda corto al examinar la realidad de la isla que lleva secuestrada ya medio siglo por un grupo de fascinerosos con una funesta ideología impuesta mediante la violencia.  

No se trata sólo de que los cubanos sean “parias” y sigan sufriendo las “humillantes restricciones”. Se trata de que han sidos esclavos de un sistema espantosamente dictatorial por tanto tiempo, que el mundo debería sentir vergüenza por su complicidad ante tanta ignominia. La vergüenza debería ser compartida por todos esos artistas que van a cantar o a visitar la isla, confraternizando con los dictadores y validando con su presencia la dictadura.

En la lista de los avergonzados debe  estar Miriam Makeba, que tanto le cantó a Fidel Castro, y a quien ahora quieren glorificar.