Miriam Makeba, por siempre presente

Adrián Leiva

MIAMI, Florida, diciembre, (www.cubanet.org) -Algunas personas durante su tránsito por la vida dejan un legado para todos los seres humanos amantes de la paz y la libertad. Sus trayectorias rebasan las fronteras nacionales, ideológicas y políticas, y las convierten en paradigmas para los pueblos reprimidos, en los países donde los derechos humanos son negados a los ciudadanos. 

Zensile Makeba, nacida en Johannesburgo el 4 de marzo de 1932, que luego se convertiría en la popular cantante Miriam Makeba, consagró su vida a luchar en defensa de su pueblo, contra el apartheid y simbólicamente contra toda discriminación que negara o restringiera la condición ciudadana de cada individuo.  

La muerte la sorprendió en el escenario. Murió -como lo saben hacer los grandes- luchando; mientras actuaba en Castel Volturno, en Italia, en un espectáculo de solidaridad con el periodista Roberto Saviano, amenazado de muerte desde hace dos años por la mafia. 

Su vida artística iniciada en el año 1950, la llevó por los más importantes escenarios del mundo. Actuó con figuras consagradas en la música y en la defensa de los derechos civiles como Paúl Simón, Harry Belafonte y Bob Dylan, entre otros. Fue amiga de Susan Sarandon, Marlon Brando, Whoopi Goldberg, Michael Caine y otras grandes figuras del arte mundial. 

En el año 1959 mientras realizaba una gira por Europa, le notificaron que el gobierno racista de Sudáfrica la despojaba de la ciudadanía del país donde había nacido. Sólo pudo regresar en el 1990, tras la liberación de Nelson Mandela después de estar despatriada durante 31 años. 

Su música mezclaba las sonoridades de los ritmos africanos con elementos del jazz. Su canción “Pata, Pata” la inmortalizó por todo el mundo. 

En los finales de la década de los sesenta la juventud cubana bailó y cantó esta pieza antológica del repertorio de la Makeba. La radio nacional bajo la dosificada censura del gobierno de la Isla, transmitía en todas sus emisoras “Pata, Pata” en señal de solidaridad con la lucha del pueblo sudafricano. 

Paradójicamente, mientras oficialmente el gobierno cubano se solidarizaba con la causa de los surafricanos; daba similar tratamiento a sus propios emigrantes.

Al igual que el gobierno de Sudáfrica hizo con Miriam Makeba; hasta nuestros días, el gobierno de Cuba mantiene una política migratoria que bajo el concepto de “salida definitiva” despoja a los cubanos que emigran de todas sus propiedades y derechos ciudadanos. Si bien desapareció para los sudafricanos la política segregacionista; los cubanos seguimos sufriendo las humillantes restricciones a nuestros derechos que nos convierten en parias en pleno siglo XXI, bajo la complacencia silenciosa, hasta ahora, de gran parte de la comunidad internacional.  
Mama África, como fuera bautizada esta excepcional mujer que rebasó las fronteras de su nación, llevando en su arte un grito de libertad para todos los oprimidos del mundo, seguirá siendo un ejemplo y estará por siempre presente.