28 de agosto de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Fotofobia

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) -  Algunos dirigentes de empresas de servicios capitalinas han prohibido que se tomen videos y fotografías en sus instalaciones. La medida tiene el objetivo declarado de evitar que la prensa, ponga en evidencia las infracciones y malos tratos de que es víctima la población.

Un individuo y su familia fueron a comer al restaurante vegetariano El Carmelo de Calzada, situado frente al Teatro Amadeo Roldán. Una de las pocas opciones capitalinas en moneda nacional este verano para el esparcimiento de los trabajadores. El hombre quedó atónito cuando una de las camareras le dijo que no se podían tomar fotos en el restaurante. No entendió lo que sucedía. ¿A quién se le ocurre que no se pudiera tomar una foto familiar en un sitio de esparcimiento?

Días después este reportero se aventuró a comer un plato de legumbres preparado en ese restaurante, que pertenece a la empresa cubana que lleva el eufemístico nombre de Restaurantes de lujo. En realidad, en Cuba no existen restaurantes de lujo, pero sí restaurantes muy caros, y eso incluye al sector de recaudación de divisas.

Las camareras estaban sentadas, conversando en una mesa, mientras los clientes esperaban a ser atendidos. Los únicos seres activos eran las moscas. El trato recibido fue grosero; una de las camareras me advirtió que tenía que guardar una vieja cámara de la era soviética que había cargado con mucho trabajo hasta el lugar. Solicité ver al administrador, un hombre bastante amable. Me explicó, en compañía de la cajera, que ante el temor de verse reflejados en un artículo de prensa la dirección de la empresa había optado por prohibir la toma de imágenes en sus locales. Según él, las ordenes “venían de arriba”. En la dirección de dicha empresa nadie quiso darme su opinión respecto al asunto en cuestión.

Andando por la ciudad descubrí que similar disposición se aplicaba en un número considerable de tiendas recaudadoras de divisas  Aunque en este caso los tenderos justificaron la prohibición argumentando que con ello se contribuía a evitar posibles asaltos. Consulté con empleados de las agencias de protección; unos dijeron no saber nada al respecto y otros prefirieron no decir nada.

Los administradores y los dependientes no se referían a la prensa independiente, ni a la acreditada, sino que centraban sus temores en un grupo de críticas aparecidas, por primera vez y desde la llegada de Raúl Castro al poder, en rotativos oficiales, en la televisión  y otros medios de prensa.

 

 

 

 
 
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