26 de agosto de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Júbilo en Ciriboya 

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - No me asombraría que confundieran el equipo de rayos X con un espantapájaros de hierro. El instrumental para el ultrasonido con alguna suerte de misterio extraterrenal, y al sillón de estomatología, con sus pinzas y extractores, con una sección de tortura. En Ciriboya el tiempo se detuvo unos tramos después de la Edad Media. El siglo XXI, en esos parajes, es una alegoría banal.


La luz que se conocía es la que llegaba cada mañana y se marchaba por la tarde, a la hora del crepúsculo. De no ser por el sol y el Centro de Diagnóstico Integral recientemente inaugurado, los ciriboyenses estarían deambulando por las cuevas junto a los murciélagos. Son en la actualidad las únicas dos fuentes donde familiarizarse con las  otras tonalidades de la vida.

Es en Honduras donde se encuentra esta localidad perteneciente al municipio Colón. Gracias a la diplomacia médica que practica el gobierno cubano, hoy los habitantes de este paraje pueden sacarse una muela si es que le queda alguna, aliviar con una píldora algún dolor, localizar el lugar exacto de una fractura con la ayuda de la moderna tecnología, y si es preciso también someterse a un análisis de laboratorio para dinamizar el diagnóstico y las terapias.

Atrás quedó la estrategia de ir ganando áreas de influencia, en el continente, a través del estímulo a la lucha armada. El gobierno de La Habana se perfila como el rector de otras vertientes menos conflictivas y dotadas de una efectividad fuera de toda duda.


Los amplios bolsones de extrema pobreza en casi todos los países vecinos facilitan la implantación de un plan sustentado en una combinación de gestos humanitarios unidos a efectos políticos colaterales. La masiva formación de galenos de diversas naciones de países del tercer mundo en la Escuela Latinoamericana de Medicina y el envío de nutridas representaciones de especialistas del patio, dan las coordenadas de un fin con obvias ganancias políticas.

La notable escasez de personal calificado en las instituciones del país, algo que relativiza aun más los conceptos laudatorios en intramuros, ha pasado a ser un asunto marginal dentro del programa de exportación de la solidaridad.

Que los pacientes cubanos tengan que enfrentar  las consecuencias de una degradación ética, moral y material presente en buena parte de los centros de salud pública, en parte por la sobrecarga de trabajo de quienes no pudieron lograr insertarse en los contingentes médicos que sirven en el extranjero, es consustancial a una delirante campaña con evidentes rasgos mesiánicos. Irse a cumplir una misión al exterior representa para un médico cubano la oportunidad de desertar u obtener ventajas en el plano salarial.

Esa ha sido la filosofía del poder durante su dilatada trayectoria. En el fondo existe la génesis del menosprecio hacia el pueblo, sujeto a las condicionantes de una ideología empeñada en suplantar el orden natural de una sociedad y que apuesta por anarquizar en vez de inscribirse dentro de los límites de la racionalidad.

Me alegra que en Ciriboya hayan llegado los destellos de la civilización, aunque eso determine un aumento en la crisis sanitaria que soportan los cubanos.

oliverajorge75@yahoo 

 

 

 

 
 
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