4 de agosto de 2008   IMPRIMIR   VOLVER AL INICIO
 

Crisis de agua en Guanabo

Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) – Guanabo, ciudad turística de más de 60 mil habitantes, a 30 kilómetros de la capital, atraviesa ahora mismo por la mayor escasez de agua desde su fundación.

La situación se torna más difícil debido al arribo diario a la playa de 24 mil bañistas. El verano es duro, y el mar es apenas el único remedio contra el bochorno. La hora del regreso es la hora en que la mula tumbó a Genaro. Hay que volver a casa con la arena metida en las orejas, la nariz, los ojos y el cabello, porque en la playa no hay donde ducharse. Sólo llega un hilillo de agua a las zonas más bajas de la ciudad.

El agua nunca faltó en Guanabo antes de 1959 y unos años después. Ni de día, ni de noche. Agua para el consumo residencial y público. Agua por todas partes.

Las antiguas tuberías de hierro, las mismas conductoras desde el auge de la villa, a principios del siglo pasado, han colapsado. Y Guanabo se ha quintuplicado en extensión y población.

Las curitas de mercurocromo, consistentes en tapar los salideros envolviéndolos en tiras elásticas sacadas de las cámaras de las llantas de los autos, ya no sirven para atajar el deterioro.

Las autoridades locales toman nota año tras año de las quejas de la población, e informan a las instancias superiores, según dicen. En la siguiente reunión de vecinos la respuesta siempre es la misma: “Las redes hidráulicas hay que sustituirlas, pero en estos momentos el país no cuenta con los recursos necesarios”. Prometen que será más adelante. Y así pasan los años.

Los residentes en la villa con suficiente dinero emprenden la perforación de pozos en patios y jardines. Si tienen suerte y encuentran agua, se pueden tropezar con un problema: el líquido está contaminado debido a las filtraciones de aguas albañales.

El estado, para paliar el mal, dispone de carros-cisternas encargados de llevar el agua potable a hoteles, restaurantes y otros centros de servicio, pero no a la población. Sólo la recibe en su casa el mejor postor, pero pagándola en divisas.

Unas pocas personas con permiso estatal para la venta de agua a domicilio, extraída de pozos particulares, hacen su zafra en este tiempo. Estos aguadores que atenúan la escasez, cuando llegan a las casas son reconocidos como héroes salvadores.

El desarrollo de Guanabo tuvo en cuenta la construcción de un eficaz sistema de acueducto. Se excavaron pozos en la cordillera montañosa, frontera natural por el norte, con sus correspondientes redes distribuidoras. El agua llegaba por gravedad a toda la población. Cada pozo tenía dos motobombas extractoras. Una grande para el día, y otra pequeña para las noches.

Así se garantizaba el agua ahorrando dinero y energía. Y no fue ayer, sino ¡hace cien años!

 

 

 

 
 
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