Crónicas          
30 de abril de 2008

El camello tendrá su monumento          

Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) – Sustituidos por ómnibus chinos y alemanes, el camello ha dejado de circular por las calles y avenidas de la capital. Ya no se verán aquellos mastodontes abriéndose paso, pero se les recordará con un monumento luego de trece años de prestar sus servicios en las peores circunstancias de la crisis del transporte.

Si la vaca recordista mundial Ubre Blanca tiene su monumento en Isla de la Juventud a escala natural, el camello debe tener el suyo en cualquier esquina de La Habana. Con irreverencia (y mucha seriedad también), el último camello fue despedido por los pintores locales José González Ávila y Gudenio Ramírez Malberto, autores de las pinturas que pueden verse en los costados de los antiguos vehículo de la ruta M-6, que no sólo quitaron pesadez a la guagua gigante, sino que sirvieron para refrescar el ambiente por los sitios por donde transitaba.

Los artistas expresaron: “Partida triste la de los camellos, porque nos abandonaron definitivamente, y ya no serán testigos de nuestros trajines laborales. Y también alegre, porque, además de resolver, aunque fuera a medias, las necesidades de los habaneros, han sido sustituidos por ómnibus nuevos”.

Al invento criollo, parecido a un tren sin rieles, se le recuerda también por el gentío que lo colmaba en todo momento, y que ponía en práctica a menudo la ley de la selva, sazonada con el rascabucheo, los insultos, los carteristas y, a veces, la cortesía.

Afuera, en la calle, el turista extranjero puso a funcionar sus cámaras de video y fotográficas para captar al monstruo rodante, producto enteramente nacional. Mientras los artistas González y Ramírez tienen el propósito de crear un monumento al camello que, dicen, no está arrinconado ni jubilado, sino que fue trasladado a la provincia La Habana, donde ya presta su servicio a la ciudadanía.

¡Hay camello para rato! Y eso bien merece un monumento.  


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