Crónicas          
29 de abril de 2008

Tras la pelota 

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - La prensa cubana ha destacado que debido al incremento de la circulación vial, la tasa de accidentes de tránsito ha experimentado un notable incremento. El pasado domingo fui testigo de un accidente de tránsito en un populoso barrio de La Habana que casi cobra la vida de un adolescente.

Aproximadamente a las seis de la tarde Jorge Luis Sánchez, de trece años, corrió a recoger una pelota en la intersección de las calles San Lázaro y Aramburu, en el municipio Centro Habana. Un ómnibus de la ruta 20, perteneciente a la base de Palatino lo impactó. El cuerpo ensangrentado fue lanzado sobre el contén de la acera, a 10 metros de distancia.  El ómnibus perdió la tapa frontal y el cristal parabrisas delantero.

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El muchacho fue socorrido inmediatamente y trasladado al cuerpo de guardia del hospital Calixto García, donde fue operado para contener una hemorragia interna por lesión del hígado. Los médicos lo mantienen en observación en la Unidad de Cuidados Intensivos, pues aún se debate entre la vida y la muerte. Posteriormente valorarán el caso para determinar si hay que operarlo nuevamente. El niño tiene múltiples fracturas y quemaduras por fricción. La familia se mantenía en la sala de espera del hospital, donde, casualmente, la madre trabaja.  Tres horas después del accidente, el ómnibus permanecía obstaculizando la circulada calle San Lázaro y ni siquiera la policía motorizada de tráfico sabía por qué los peritos policiales no habían llegado.

Algunos vecinos comentaron que ante la ausencia de áreas de juego, los niños del barrio se han visto forzados a jugar en la calle, aunque ninguno justificó la imprudencia. De hecho existe una normativa que prohíbe usar las avenidas para tales fines.

En el cercano parque Antonio Maceo, tradicional lugar de esparcimiento de los niños del área, no se puede jugar pelota debido a que recientemente las autoridades decidieron cercar el perímetro, colocar un vigilante y establecer un absurdo horario que impide el acceso al mismo en determinadas horas. En otro parque cercano, el Parque de Los Héroes, también han colocado varios vigilantes que impiden que los muchachos jueguen pelota. Una señora señaló: “Son niños, en algún lugar tienen que jugar y no siempre puede ser en las calles del barrio”.

Es importante destacar la política del Ministerio del Transporte (MITRANS) que, ante la falta de chóferes profesionales, ha optado por emplear chóferes sin experiencia para conducir los ómnibus de servicio urbano. “Un conductor de ómnibus urbano necesita tener determinadas características psicológicas, físicas y algún entrenamiento.  No es lo mismo manejar un camión de papas en una carretera que transportar personas en medio de la ciudad” -dijo uno de los presentes en el lugar del accidente.  -

Aunque no todos son iguales, es común ver a estos improvisados chóferes cometiendo todo tipo de infracciones de tránsito, aún en presencia de la policía. Muchos manejan a altas velocidades, fuman, conversan, ingieren bebidas alcohólicas, montan a sus esposas y familiares y conversan animadamente con ellos durante el recorrido del ómnibus.

Además del aumento en el tráfico vehicular, hay otros factores que contribuyen al caos del tránsito en esta ciudad y el creciente número de accidentes, entre ellos las carreras de autos protagonizadas por jóvenes, los frecuentes turistas despistados, la competencia feroz entre boteros (taxistas de ruta fija) por atrapar pasaje, el mal estado de los destartalados vehículos,  la falta de alumbrado adecuado en algunas zonas, la presencia de animales sueltos en las carreteras, y el mal estado de las vías.

Los peatones también tienen responsabilidad, ya que no prestan la atención necesaria, quizás por no haberse acostumbrado al incremento en el número de vehículos que circulan en la ciudad. Hasta hace poco tiempo era prácticamente posible “bailar” en las calles de La Habana, sin arriesgarse a ser atropellado, debido al limitadísimo tráfico vehicular. El transporte ha mejorado gracias a las compras de nuevos ómnibus y al suministro del subsidiado petróleo venezolano.

 

 


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