Crónicas          
23 de abril de 2008

Las sutiles mañas del olvido

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión:

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - El olvido se guarda en el callejón de la desmemoria. Allí reposan cubiertos por el polvo de la desidia del tiempo buenos  enemigos y hasta malos amigos. No hay peor suerte que la muerte por olvido.

Ahora están de moda los blogs. ¡A los blogs, caballeros, que nadie los hace como yo! ¡Vendiendo plátanos, yuca, calabaza y quimbombó! Ser bloggista es un medio de llamar la atención y huir de manera posmoderna (también y ¿por que no?) del  pecado original de pertenecer a cualquier espacio de una forma u otra ya institucionalizado.

Me alegro y felicito que el Premio Ortega y Gasset de periodismo digital correspondiera a una cubana residente en esta ínsula, Yoani Sánchez. Una isla, cuna de muy respetables plumas, como se dice en los medios, cuando un periodista satisface con la excelencia de sus artículos los deseos de información de los lectores.

Uno se queda pasmado cuando los cables de la prensa extranjera, al anunciar el otorgamiento de esta especie de Cervantes (todo es cuestión de apellidos ilustres) del periodismo, convierten a la premiada en una especie de insólita abanderada de la libertad de expresión e ignoren la labor de tantos años de muchos menos afortunados informadores,  algunos de los cuales guardan prisión, y otros soportan lo imposible por continuar en el riesgoso oficio de informar sobre la realidad cubana con independencia de criterios.

Vivir la insoportable levedad de ser periodista independiente, con el permiso de quienes se molestan con tal adjetivo, constituye al cabo de unos 2, 5, 7, 10, 15  años, una tarea bastante difícil de llevar. Primero, por la mirada escrutadora de muchos de los que nos rodean; segundo, por la atención permanente de las autoridades, y después, por el silencio de quienes no hacen lo que nosotros concretizamos cotidianamente: difundir informaciones, expresar nuestra opinión o consagrar en letra impresa cualquier hecho.

Si se leen en Google los despachos y artículos de quienes escriben para páginas electrónicas fuera de Cuba, uno se percata de que hay una labor concreta cumplida en ellos. ¿Quién si no un periodista independiente se ocupa o le interesa informar sobre una vigilia por los presos políticos en un barrio perdido de La Habana? ¿Quién si no es un periodista de esos que muchos acusan de mercenario y otros simplemente ignoran, acudirá a entrevistar a una persona que no tiene a donde acudir? Los periodistas presos injustamente sufren en las cárceles donde están encerrados y vale pedir con insistencia por su libertad. ¿Y hay que estar preso para  ser periodista independiente? ¿Mas, como escapar de los muros de olvido cimentados con el cómplice silencio por tener el valor de continuar a pesar de las amenazas?

La Fundación por la Libertad de Expresión hace cinco anos otorga un modestísimo premio a los periodistas independientes destacados sin pedir miles a nadie, difunde los nombres de quienes premia y la onda de resonancia casi siempre choca con el espeso muro de la ignorancia sostenido por quienes no quieren oír, ni ver.

Nos honra y nos agrada premiarlos. Eso nos congratula porque cumplimos con algo que mañana recobrará su valor.

 

 


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