Notimex en La Habana | Mundo Lunes 21 de Abril de 2008 | Hora de publicación: 13:49 
 
Las Damas de Blanco, madres y esposas de disidentes encarcelados desde 2003, realizaron hoy un plantón frente a la Plaza de la Revolución por 'la libertad de nuestros presos', pero fueron retiradas del lugar y enviadas hacia sus casas.

La protesta, algo difícil de realizar en un lugar tan vigilado, duró dos horas y al final las 10 participantes fueron conminadas a subir a un autobús para llevarlas a sus casas y las de provincias de Matanzas (occidente) y Villa Clara (centro) remitirlas a su lugar de origen.

El objetivo fue tratar de hacer llegar una carta al presidente Raúl Castro para pedir 'la libertad incondicional inmediata' de los 55 disidentes del original grupo de 75 detenidos y condenados a penas de entre seis y 28 años en la primavera de 2003.

'Ya estamos cansadas, llevamos cinco años escribiendo a las entidades del Estado. No hay respuesta, nos ignoran y estamos seguras de que éste es el momento de exhortar que excarcelen a estos hombres presos injustamente', dijo a periodistas Berta Soler, esposa de Angel Moya, condenado a 20 años de cárcel.

Explicó que la carta es dirigida al ministro del Interior, Abelardo Colomé Ibarra, con 'copia' a Raúl Castro, quien asumió como mandatario el 24 de febrero pasado en remplazo de su hermano Fidel, quien considera a los disidentes 'vendepatrias' y 'mercenarios'.

'La policía política nos dice que no es el momento ni el lugar, pero vamos a estar aquí hasta tanto los hombres sean liberados o que nos lleven por la fuerza a prisión, porque ya no queremos estar ni en las casas, queremos estar presas igual que ellos', manifestó Soler.

'Lo importante es que estamos aquí en la Plaza, que siempre nos habían planteado que no podíamos llegar a la Plaza y aquí estamos para pedir la libertad de nuestros presos', declaró Laura Pollán, esposa de Héctor Maseda, condenado a 20 años de prisión.

En la Plaza de la Revolución, escenario histórico de actos revolucionarios, se encuentran la sede del Consejo de Estado, del Comité Central del Partido Comunista y el Ministerio del Interior, entre otros inmuebles gubernamentales.

Miriam Leyva, una de las fundadoras del movimiento femenino, dijo a Notimex que no fue fácil la disolución del acto pues las mujeres se acostaron en el piso y encadenaron sus brazos mientras agentes del orden público las cargaron y las introdujeron en el vehículo.

'Ellas se tiraron al piso cuando les dicen que se tienen que subir a las guaguas y se encadenaron. Vinieron dos agentes para cada una y las cargaron pero con Berta y Noelia no podían, entonces las halan, las arrastran, vinieron cuatro y las cargaron', aseguró Leyva.

'Los cambios en Cuba deben comenzar por la liberación de los 55 prisioneros de conciencia de la primavera negra' que quedan del grupo 75, dijo Leyva a una pregunta sobre la importancia de los cambios realizados en las últimas semanas con el levantamiento de 'prohibiciones excesivas' por parte del gobierno.

En su opinión los familiares de las Damas de Blanco deben ser liberados porque 'ellos alertaron sobre cuestiones que en estos momentos Raúl Castro está reconociendo que son problemas en Cuba y lo hicieron en forma pacífica'.

'Las que hoy fueron a la plaza tienen todo su derecho porque llevamos cinco años pidiendo que se haga justicia con esas personas que están injustamente encarcelados, y no recibimos ninguna respuesta', afirmó.

En la misiva mostrada a la prensa, las demandantes escribieron que 27 de los reclusos 'continúan desterrados de sus provincias de residencia y en régimen de severidad desde hace cinco años, la mayoría con enfermedades que no son tratadas adecuadamente'.

En abril pasado, al cumplirse el quinto aniversario de los arrestos del grupo de los 75, Fidel Castro reiteró en un artículo de prensa sus acusaciones de que los opositores presos son cabecillas de 'la quinta-columna del imperialismo pagados por el gobierno de Estados Unidos' para derrocar la Revolución.

En 2005, Las Damas de Blanco recibieron el Premio Andrei Sajarov a la Libertad de Conciencia conferido por el Parlamento Europeo y el Premio de la Fundación Hispano-cubana, así cómo el Premio de Derechos Humanos 2006 de la organización no gubernamental Human Rights First.