Crónicas          
21 de abril de 2008

La quintacolumna

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) -  En buen cubano se puede decir que trabajar por la izquierda, vender por la izquierda o gestionar un documento oficial por la izquierda es sinónimo de ilegalidad. Aunque hipotéticamente la nación y sus engranajes de poder funcionan “ordenadamente por la derecha”, en realidad la sociedad sobrevive en sentido contrario.

Con golpes de derecha e izquierda, el inagotable pugilista Fidel Castro elaboró su acostumbrado ajiaco reflexivo el pasado 10 de abril. Esta vez entraron en su cuadrilátero Bush y la invasión norteamericana a Irak y Afganistán, la nueva escuadra de 28 países miembros de la OTAN, los millonarios rumanos Dinu Patriciu y Gigi Becali y la “quintacolumna de Nueva Paz”.

Sin dejar de subrayar como ingrediente principal en sus reflexiones la sarta de contrariedades que rodea la política de Bush, Fidel orientó sus cañones hacia los que según el “rinden culto al egoísmo sin restricción alguna por parte del Estado”.

Con esa pose de gran lector que lo caracteriza, Fidel dijo en sus reflexiones:

“No puedo menos que recordar el lunes 3 de abril, cuando puse a un lado el voluminoso boletín de las noticias internacionales, y tomé el Granma de ese día para distraerme un rato”.

El comandante hace alusión  a un comentario del periodista Juan Varela, publicado el 3 de abril en la última página de Granma. En el texto, Varela aborda el tema de la batalla emprendida contra un grupo de vendedores que operan en dos de los puntos de la autopista nacional, conocidos como el Conejito de Aguada de Pasajeros, en la provincia Cienfuegos y el de Nueva Paz, en la provincia La Habana.

Es en esa “quintacolumna” en la que me quiero detener, esos perfeccionistas del mercado negro que a la vez le sirven de sostén económico o distracción a sus detractores. La integran vendedores ilegales que al grito de ¡agua!, o cualquier otra frase reservada para el momento en que alguien aviste la presencia de inspectores y policías, desaparecen junto con la mercancía en cuestiones de segundos.

Fidel no consigue contentarse con el creciente número de desvinculados que luchan por la izquierda y sobreviven con mercancías sustraídas por los empleados del Estado.

Aunque quiera exterminarlos, cosa que nunca logró cuando daba órdenes, sólo conseguirá moverlos hacia otros escenarios con menor o mayor demanda a sus ofertas.

Las personas piensan como viven. En su reflexión Fidel dice que “no está prohibido pensar; tampoco está prohibido soñar, pero pensando no se hace daño a nadie; soñando se puede hundir a un país o algo más. La propia especie”.

¿Cuántas traiciones develaron sus sueños torcidos en estos cincuenta años de revolución? ¿Tanto desvelo por qué y para qué?

No fue la “quintacolumna”, dondequiera que estuviese vendiendo mercancía de primera, la que hundió al país en lo económico, en lo político y en lo social. Fueron las políticas ambidextras del totalitarismo, esas que impulsan proyectos con la derecha y luego se consumen por leyes y prohibiciones absurdas a manos de la izquierda más radical.

Me pregunto quiénes serán los millonarios en Cuba una vez subsanadas las deudas con la doctrina socialista. Hasta ahora vamos a pensar y soñar. No cuesta, no hace daño y esta libre de prohibiciones.

Por ello la mayoría de los cubanos, a falta de volúmenes diarios de noticias internacionales, leemos el Granma para distraernos. Entre otras cosas, no falta quienes sueñen con ser Dinu, Gigi o el ex tenista millonario Tiriac, con negocios en Rumania o en el Conejito de Aguada de Pasajeros.

La elite en el poder descongelará sus activos en cualquier momento. Aparecerán como los nuevos demócratas y todo quedará en casa. Quien quita que se conviertan en una nueva quintacolumna que le rinda culto al egoísmo.

 


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