Crónicas          
17 de abril de 2008

Pena y desencanto por El Encanto

Oscar Mario González

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - La noticia del incendio ocurrido  la noche del 7 de abril del presente año en la tienda por departamentos “El Encanto” de la ciudad de Camagüey nos retrotrae, inevitablemente, al 13 de abril de 1961 cuando la entidad central de igual nombre ubicada en Galiano # 351 fue pasto de las llamas.

Entre ambos sucesos no existe identidad en cuanto a época, circunstancias, propósitos y consecuencias. En este caso no se informan  los motivos del siniestro mientras que en el otro se dice que fue consecuencia de un sabotaje perpetrado por “agentes al servicio de la CIA” y tal versión se enseña a los estudiantes desde los primeros años de la escuela primaria. Sin embargo, hay puntos interesantes de semejanza: ambas entidades pertenecieron a idéntica firma comercial, Solís, Entrialgo y Compañía S.A., y en los dos casos sufrieron incendios.
              
En este caso, según el periódico Granma, se trató de un incendio de grandes proporciones en cuya extinción participaron 500 combatientes del MININT(Ministerio del Interior), de las FAR(Fuerzas Armadas Revolucionarias) y de la Defensa Civil, así como trabajadores del centro y de otras dependencias estatales.
               
Resulta difícil imaginar a más de 500 personas tratando de apagar el fuego de una tienda por departamentos. Nos luce que de tantos tropezones y cabezazos lo que menos se lograría es acabar con la candela. Podemos imaginárnoslo, sí, en las torres gemelas de New York pero no en este  ejemplo. Nos parece, luego de medio siglo de afinamiento en el olfato, que en la cifra está presente la manía totalitaria de transformar cualquier suceso en un acto de masas.
              
En el siniestro murió un joven recluta que cumplía el Servicio Militar Obligatorio, cuya caída engrosa la extensa lista de los hijos de Cuba muertos en generosa lucha contra las llamas. A la memoria del bombero se levanta el más portentoso de los monumentos funerarios del país erigido en el Cementerio de Colón.
                
Al fallecido, Alejandro Clivillé Sariol, le fue otorgada la medalla a la Valentía en el Servicio de Primera Clase, post mortem, por el presidente Raúl Castro. Otros ocho bomberos resultaron heridos, pero no de gravedad.
                 
El jefe de la Defensa Civil de la provincia, Jesús García Collazo, tras catalogar al siniestro como el más grande de los últimos años aseguró que pronto se recuperará la tienda.
                  
Ojalá que así sea y no vaya a resultar una consigna más de las que suelen emplearse en tales ocasiones. Recordemos que los revolucionarios criollos todo lo convierten en victoria aunque los triunfos sean invisibles o se muevan a paso cangrejero. Deseamos que El Encanto corra mejor suerte que esos ciudadanos con más de 30 años viviendo en un albergue luego de perder la casa en un incendio. A fin de cuentas se trata de un lugar generador de divisas.
                   
Las tiendas El Encanto eran las más grandes y mejor surtidas del país en la etapa del precastrismo. Se afirmaba por muchos que no tenían que envidiarle nada a las de New York o Paris; tanto en elegancia como en ofertas.

 


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