Crónicas          
15 de abril de 2008

CTC descubre el Mediterráneo

Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Como quien acaba de descubrir el mar Mediterráneo, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) reconoce que los trabajadores cubanos son los que menor salario reciben, y que el cacareado principio socialista de retribución material de acuerdo con la cantidad y calidad del trabajo no pasa de ser una consigna.

Luis Manuel Catañedo Smith, miembro del Secretariado Nacional de la CTC, al referirse al reordenamiento de los salarios, dijo al semanario Trabajadores: "En muchos sistemas de pago vigentes, la mayoría de los trabajadores están vinculados a indicadores generales, por ejemplo, ventas y utilidades, entre otros, cuando pueden regirse por indicadores directos de la producción, labores específicas, o el pago a destajo; o sea, según los aportes de cada uno, según los resultados productivos o de servicio; que cada sistema de pago se parezca cada vez más a la labor concreta que realiza el trabajador".

La idea es que el obrero reciba el pago por el aporte realizado, y se critica algún estímulo en bienes o dinero que ocasionalmente hace el gobierno, o una vez al mes, como en algunas empresas de producción, pero de forma colectiva, totalizadora, dando por resultado, según la CTC, que recibe mayores beneficios el que tiene mayor cargo de dirección, o mejor salario, y no el obrero.

"Serán muchos más los sistemas de pago a partir de que sus diseños se ajusten a la labor de cada trabajador " –dijo Castañedo. Y para que ningún asalariado se haga demasiadas ilusiones, aclaró. "Nadie puede estar incluido en más de un sistema de pago, con independencia de la cantidad que existan".

¿Y por qué no?, se preguntan muchos. Sin duda, al régimen le es más difícil, por más que lo intente, zafarse de sus propias trabas que lastran la economía.

Otra aclaración tiene que ver con que los trabajadores no tendrían límites salariales dentro de sus vínculos con la producción, siempre que no falten a otros indicadores de obligatorio cumplimiento, como lo regulan las leyes 187 y 188 de 2007 sobre la jornada y el horario de trabajo y la reglamentación disciplinaria. Además de la posterior resolución 9, de 2008, del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Todo se concreta en revisar las premiaciones colectivas y pagar las horas extras. ¿En qué situación quedan entonces  los maratones laborales y jornadas productivas no retribuidas, impuestas a los trabajadores bajo el pretexto de elevar la producción y productividad, y suplir los atrasos y descontentos financieros?
           
En muchas ocasiones tales maratones de producción se convertían en los peores enemigos de la economía, y el peor ejemplo era el trabajo voluntario.

 Para evitar nuevas distorsiones en las fórmulas salariales, queda a cargo de los trabajadores y los sindicatos la elaboración y evaluación sistemática, siempre dirigidas a buscar más ahorro, mayor productividad. Pero como dice el refrán, "del dicho al hecho va mucho trecho".

Curiosamente, mientras el gobierno no ha podido resolver en casa sus propios entuertos, cita en La Habana a izquierdistas y revoltosos sindicalistas latinoamericanos, para efectuar un llamado encuentro hemisférico contra los tratados de libre comercio, no sólo para lidiar una vez más con los Estados Unidos, sino también contra los acuerdos similares proyectados entre países latinoamericanos y la Unión Europea.

 


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