Crónicas          
11 de abril de 2008

Ojo por ojo

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Desertar es un delito grave, un acto criminal que aumenta la furia de los castigadores. De fondo a estas aseveraciones tengo a Cuba con sus delirios, sus anacronismos y toda esa parafernalia que nos hace rehenes del pasado, nos nubla el presente y mantiene las puertas al futuro bajo la desconsoladora advertencia de: cerrado hasta nuevo aviso.
      
Vivimos en el limbo. Se nos escaparon las ilusiones por las rendijas del tiempo y la revolución socialista quedó en el esqueleto a causa del ajetreo de las improvisaciones.
      
Lo real es una dictadura salpicada de capitalismo salvaje y unas leyes muy útiles para partirle el alma a quienes intenten salirse del libreto.
      
En esas zonas de la zozobra pude advertir la presencia de tres familias a punto de quedar en la calle y sin llavín. En los breves espacios de calma con que, a duras penas cuentan, se las ingenian en buscarle paliativos a un desalojo que ven como una bala a punto de abandonar el cañón.
       
Es posible que tengan la sensación de quien espera amarrado en un poste la orden de fuego del pelotón de fusilamiento. No es para menos.
      
Enfrentar las secuelas de un desahucio por causas ajenas a su voluntad, es suficiente para percibir los escalofríos de la muerte. A los candidatos a ser expulsados de sus viviendas, posiblemente les toque pagar las transgresiones de sus familiares que desertaron en Brasil mientras cumplían compromisos artísticos.
       
Fueron tres los que se hartaron de prohibiciones, salarios de miseria, nulas condiciones laborales y un sin fin de penurias y humillaciones. Ahora la policía amenaza con pasar factura mediante un despojo ejemplarizante.
       
Los hacedores de maldad intentan convertir las alegrías en llanto, la reunificación familiar en una utopía. No toleran que los tres músicos del grupo Los Galanes hayan recibido hace dos semanas asilo en Brasil.
       
Alguien tiene que pagar la afrenta. ¿Quién mejor que los hijos y las esposas?
Ya se planifica un boicot a la felicidad, se tejen los nudos del escarmiento, se oscurece el porvenir de decenas de seres humanos a punto de convertirse en parias por obra y gracia del odio y de las pasiones que habitan en el reverso del raciocinio.
      
La nota apareció en el diario “O Estado de Sao Paulo”. El rotativo certifica que pende la amenaza de desalojo sobre los tres núcleos familiares a la espera de gestiones diplomáticas desde Brasil para obtener el derecho a acogerse al status de refugiados.

Arodes Verdecia Pompa, Juan Alcides Díaz Sosa y Miguel Ángel Núñez Costafreda están fuera de peligro con residencia y empleo en la ciudad de Recife.
Su éxito tiene manchas manufacturadas en La Habana. No podrán dormir tranquilos con el pensamiento fijo de sus familias pernoctando en algún rincón de la ciudad o a expensas de la caridad de los vecinos.
           
Nada hay de extraño en esta nueva página de terror. Creo que dentro del instrumental de tortura es uno de los métodos menos letales.
           
No me gustan los aspavientos, solo entreabro el lente del realismo socialista para captar otra tragedia que apenas comienza. Hay muchas por ahí aptas para servir de inspiración a  literatos y cineastas.
            
Esto es un filme en tiempo real, con humor negro, miedos muy bien fundados y dramáticos desamparos.
             
Poco podrán hacer las víctimas ante la arrolladora sed de venganza. El perdón no cuenta en el diccionario del régimen. Tampoco la compasión.
            
Enarbolar la victoria desde otras orillas no es sinónimo de alivio. Sobre todo cuando quedan rehenes en la plantación. Los siervos acatan las órdenes, callan sus inquietudes, envuelven sus sufrimientos con el silencio. Para abandonar la comarca es preciso pedir un salvoconducto.
             
Los Galanes le tiraron una trompetilla a los mayorales de la isla desde Brasil. Los agraviados amagan con el desquite.

 


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