Crónicas          
8 de abril de 2008

Tres caras tiene Granma

Juan González Febles

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Un caso único en los anales periodísticos es el de Granma. El rotativo dispone de una versión tabloide en papel, para distribución nacional. Cuenta además con dos versiones digitales, una internacional y otra que reproduce lo ‘principal’ de la versión impresa. La unión de las tres versiones, quizás conforme, si se las mira con muy buenas intenciones, un periódico.

De las tres versiones, la impresa resulta ser la más anodina. Las versiones digitales están dirigidas a auditorios foráneos y proyectan la cara que al régimen le interesa promover para el extranjero. Sobre cuál de las tres es más válida o más creíble, eso sólo lo sabrá Dios. Son tres versiones que responden a un solo propósito: engañar.

La duplicidad en el discurso o en las políticas, parece ser rasgo distintivo del gobierno cubano. Doble moneda y en otros aspectos, doble discurso, doblemente mendaz.

Las tres caras de Granma alcanzaron relieve con la puesta en escena de las anunciadas nuevas medidas ‘liberalizadoras’. Mientras la versión impresa y en moneda nacional omite toda referencia a las recién autorizadas permisibilidades de hospedaje a nacionales, en hoteles consagrados al turismo, venta de computadoras y teléfonos celulares, etc., las versiones digitales abundan sobre el particular, para que se sepa en el extranjero.

Esta ambigüedad acompaña al régimen a lo largo de todo su devenir hasta el presente. Nunca dice la verdad. Se miente al pueblo como método y sistema de una precaria gobernabilidad.

Este discurso fragmentado se impone a partir del control absoluto sobre los medios de comunicación. Constituye la clave para mantener un equilibrio de poder inestable e injusto.

Las más absurdas prohibiciones están basadas en la necesidad enfermiza del régimen de que el pueblo ignore que existe un mundo mejor, o simplemente que tiene derechos inalienables.

Aquel escándalo orquestado en fecha reciente, alrededor de las alegaciones dirigidas al presidente del parlamento cubano Ricardo Alarcón, por parte de jóvenes estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI), tuvo resonancia en las versiones digitales de Granma.

Estas publicaron la entrevista realizada por la periodista de línea dura Rosa Miriam Elizalde a uno de los estudiantes más comprometidos en aquel incidente. La entrevista de marras nunca se publicó en la versión impresa en moneda nacional. Se quedó a nivel digital, sólo para extranjeros.

Los ejemplos de la duplicidad que practica el régimen de La Habana, sobran. Desde siempre se ha mantenido un doble y en ocasiones hasta un triple discurso. Todo depende de la necesidad política circunstancial. Un excelente ejercicio para cubanólogos y académicos, sería ponderar cada día lo que falta a cada una de las versiones de Granma.

Sería una excelente forma de conocer de primera mano, que es lo que el gobierno desea ocultarle al pueblo de Cuba. En eso que se oculta, está lo esencial sobre las direcciones principales en la política internacional y doméstica de la dictadura cubana.

 


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