Crónicas          
7 de abril de 2008

Llamadas perdidas

Odelin Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - ¿Cuantos gigabytes sumarían las llamadas perdidas registradas en las memorias de los miles de teléfonos móviles, adquiridos de primera o segunda mano por cubanos? No tengo idea, pero si echamos el cómputo digital dentro de un balde, puede pesarnos tanto como las excesivas tarifas de CUBACEL.           

Explicarle a una sociedad como la nuestra, desvinculada de las nuevas tecnologías, cómo se desenvuelve el mercado competitivo de la telefonía celular a nivel global, puede ser tema para dos o tres artículos. Más voluminoso y menos razonable sería explicar cómo los cubanos, al cabo de 17 años de la existencia de este servicio en Cuba, pueden optar por el contrato de un teléfono móvil.

No es secreto de Estado, mucho menos chisme de esquina, que en los últimos cinco años, las ventas a cargo de CUBACEL, sucursal adjunta a la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA), han disminuido considerablemente.

Obviamente, este declinar en el servicio de la telefonía móvil ha afectado una de las tantas aristas de la economía dolarizada, mediante la cual el consorcio militar y sus malabaristas con guerrera recaudan cientos de miles de pesos convertibles.

Las razones se vinculan a otras ya conocidas en este enjambre de servicios monopolizados, encargado, por el momento, de teorizar nuevas aperturas: la segregación y los altos precios a la hora de solicitar el servicio, tarifas impositivas en las llamadas de entrada y salida, así como otras irregularidades originadas por el exceso de tutelaje verde olivo.

Una nota de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), publicada en la súper edición del Granma el viernes 28 de marzo, da cuenta sobre futuras modificaciones y ampliaciones en el servicio de telefonía móvil.

La nueva orientación del alto mando viene a desmontar toda una estructura atornillada por la corrupción, la burocracia, el estancamiento y la poca rentabilidad del servicio de telefonía móvil.

Hasta el momento, los contratos de telefonía celular eran exclusivamente para empresas mixtas y extranjeros acreditados o de parranda por la mayor de las Antillas. Otra vez “bendito el yuma, el alemán o el sueco”, da igual, ¡bendito sea!

El costo actual de una línea telefónica es de 120 pesos convertibles (cuc), equivalente a 3 000 pesos, a razón de veinticinco por uno.

Cada extranjero puede habilitar dentro de su contrato hasta tres líneas telefónicas.

Generalmente, este extra de líneas las adquieren cubanos vinculados o no al solicitante que se convierten automáticamente en copropietarios.

Muchos de estos copropietarios no pueden sostener el ritmo que les depara el alto costo por minutos de las llamadas y optan por revender el servicio sin dejar de ser titular de segunda mano.

Actualmente, el costo de la llamada de salida entre móviles es de 0.50 cuc el minuto y la de entrada 0.44 cuc/min. Similares tarifas tienen las llamadas de móvil a fijo y viceversa.

La telefonía celular, como todo servicio que genere divisas convertibles al país, no está exento de amañado y oscuro negocio barajado sobre la mesa de sus ejecutivos.

El costo de una línea telefónica ilícita en las principales oficinas de contratación del país, como la de Obispo, en la Habana Vieja, y la del Centro de Negocios Miramar, en el capitalino municipio Playa, oscila entre 150 y 160 pesos convertibles (3 700 pesos). Este contrato ilícito no incluye el aparato telefónico.

Regularmente, estas líneas telefónicas que se ofertan por detrás del telón, son líneas canceladas por impagos. Los titulares pierden el servicio si se exceden de los tres meses sin recargar el móvil.

CUBACEL, con tecnología TDMA, venía arrastrando problemas de competitividad en un mercado cada vez más exigente. Los clientes se quejaban de la escasa cobertura en determinadas localidades del país, debido a su tecnología obsoleta y a la invariable oferta de teléfonos móviles.

A raíz de estas insatisfacciones, CUBACEL debía recuperar su funcionalidad, adentrarse e incrementar su servicio en otros terrenos, en los cuales ya había destinado algunas cuotas.

En el año 2006, CUBACEL incorporó la tecnología GSM  para lograr una mayor solidez en la telefonía celular, servicio que surgió limitadamente en 1991.

Se premiaron con nuevas líneas telefónicas al Ministerio del Interior, al de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y la Empresa Eléctrica.

También se dispuso de una cuota con los llamados “teléfonos inalámbricos” de 400 minutos para el servicio a domicilio. De este se beneficiaron médicos, oficiales de las FAR y el MININT y algunos casos sociales.

La nueva promoción de ETECSA más bien responde a ese impulso que necesita el sector para salir de su atolladero, específicamente el de la telefonía móvil.

Es probable que lluevan las solicitudes en las oficinas de CUBACEL. No hay dinero pero tenemos sed de tecnología, aunque para ello tengamos que soportar el peso de los gigabytes en las llamadas perdidas.

 


CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.