Crónicas          
4 de abril de 2008

Cría fama

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - No recuerdo quién me recomendó una vez que en honor a la ética periodística, cuando me refiriera al gobierno cubano no lo llamara régimen castrista. Entonces me puse a pensar: la dictadura de Francisco Franco se le llama franquismo y estalinismo a la de José Stalin. Quiere decir que estoy en lo cierto en llamar régimen castrista a la dictadura de Fidel y de su hermano Raúl.

Por estos días ocurre algo especial en Cuba: Raúl Castro, luego de asumir la presidencia castrista el 24 de febrero, planteó la necesidad de eliminar algunas de las prohibiciones y regulaciones existentes en la isla, admitiendo por primera vez, en casi medio siglo, que las había en exceso.

Tantas eran -o son- las prohibiciones, que durante casi medio siglo se han fabricado más centros penitenciarios que grandes edificios, todos atiborrados de presos de acuerdo al semillero de delitos con que cuenta el código penal revolucionario.

Por estos días, repito, ocurre algo especial: se han revocado algunas prohibiciones y medidas implantadas sobre todo a partir del “período especial”, en los años 90, así como el acceso de los cubanos al servicio de teléfonos celulares, hoteles de lujo,  compra de computadoras, DVDs y otros.

Pero, ¿cómo puede evadir el régimen castrista la fama que ha criado durante casi medio siglo de no dejar que la gente viva?

Conversando con varias personas sobre la situación actual del país pude percatarme de que los cubanos, sobre todo los jóvenes, no sienten confianza sobre las nuevas libertades otorgadas a la población.

-Es una mecánica para meter más gente presa, porque ¿cómo justifica un joven normal y corriente la cantidad de 111 pesos cuc para un celular, si gana el equivalente de diez o trece al mes, según el salario promedio? ¿Cómo justifica la suma que pagaría por la reservación de un hotel cinco estrellas?

Otro exclamó risueño que sería mejor esperar el tiempo que sea necesario antes de cambiar de nombre al celular. Piensa que no lo aceptarían, si realmente el usuario no lo necesita para su trabajo, si es que trabaja. Y una mujer, que nunca ha contado con este servicio, ya universal, sugirió la idea de que es muy posible que sean los privilegiados de siempre quienes puedan tener acceso a este tipo de teléfono móvil. No cree que pueda llegar a comercializarse libremente, porque la libertad -dijo- no existe bajo una dictadura.

En fin, que ese viejo proverbio que dice “cría fama y acuéstate a dormir”, le viene de perilla a la dictadura castrista, sobre todo por estos días que ocurren cosas tan, pero tan especiales, que muy pocos se las creen.

 

 


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