Crónicas          
4 de abril de 2008

Tiendas de ilusiones 

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) -  Las tiendas recaudadoras de divisas rompieron el record de venta durante la última jornada según expresaron varios trabadores de estos centros. En menos de 6 horas algunos de los productos, como las moto-bicicletas eléctricas, se habían agotado a pesar que los precios oscilaban entre 792 y 912 pesos convertibles. Las opiniones respecto a estas medidas se contraponen, debido a que una buena parte de la población alega que el estado paga a los cubanos salarios ínfimos en moneda nacional, que no permiten comprar a estos precios.

En comercios como Galerías Paseo, horas antes del cierre, los administradores decidieron cerrar las puertas para realizar un conteo del dinero en las cajas registradoras. Al decir de uno de ellos, nunca antes habían vendido tanto en un solo día, ni siquiera en épocas de ciclones.

Por otro lado, este reportero indagó en las empresas de alquiler de automóviles y los funcionarios se mostraron dispuestos y contentos de poder brindarles servicios a los cubanos. Aunque dijeron estar esperando una circular de la empresa central, ya que creían que en el caso de los nacionales estas prestaciones tendrían características especiales. Un funcionario de esta entidad, que pidió no ser identificado, aclaró que tal circular de revocación no existe y por lo tanto no llegaría; pues en la práctica nunca se emitió documento de constancia alguno que excluyera a los cubanos residentes en territorio nacional. Todo fue a través de palabras desde los altos niveles de gobierno. En los hoteles se produce similar situación, aunque los empleados se muestran un poco más serviciales.

Las opiniones al respecto fluctúan. Algunos entrevistados dicen estar contentos con las medidas, mientras otros aseguran que estos cambios de política administrativa no resuelven su verdadero problema debido a los bajisimos salarios que perciben los trabajadores en relación con el precio de los productos. “Me ha tomado por sorpresa, no tengo ni un centavo en el bolsillo, pero al menos tengo un derecho elemental que no tenía antes” –comentó una señora.

“Uno de los efectos positivos  de estas medidas es que los precios estatales de algunos productos, como los DVD, los ordenadores y los microondas, van a obligar a bajar los del mercado negro. Hasta ahora los médicos y demás personal gubernamental, que volvían de misiones en el exterior, lucraban a nuestra cuenta al revendernos muy caros productos que habían adquirido a bajos precios.

Por otro lado existe el inconveniente de que, en un país donde casi todo es ilegal, los cubanos muchas veces no tenemos cómo justificar algunos de nuestros ingresos,  por lo que si alguien ostenta demasiado y llama la atención, puede ser investigado por la policía. Una trampa muy sutil escondida tras el telón, como segunda lectura. En realidad solo se han legalizado todas las actividades económicas que los cubanos teníamos que ejecutar de forma ilegal y escondidos, por lo tanto fuera del control del régimen, ahora todo queda registrado” –expresó un hombre de mediana edad.

El señor presidente Raúl Castro Ruz se ha ganado entre la población el apodo de Comandante Sastre, pues según los ciudadanos se pasa todo el tiempo anunciando y tomando medidas. Cientos coinciden con el criterio de que no hay que apresurarse y establecer juicios a partir de espejismos, pues el resultado de su gestión ya se verá en la práctica.

“Paso a pasos se sube una montaña. Al menos este señor es más realista que el hermano” –dijo un joven a la entrada de la tienda.

Después de casi 20 años de prohibiciones, el régimen cubano liberalizó la venta de efectos electrodomésticos, la adquisición de teléfonos móviles, el alquiler de autos y el hospedaje de nacionales en los hoteles. Todo en moneda convertible.

 

 


CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.