Chávez
viaja en Cubana
MANUEL VAZQUEZ
PORTAL
El presidente venezolano
Hugo Chávez viaja en Cubana de Aviación por Europa
y Medio Oriente. Se reúne en Caracas con líderes de
la vieja guerrilla colombiana. Anuncia un programa nuclear en colaboración
con su amigo iraní Mahmoud Ahmadinejad. No hace todo esto
por estúpido vedettismo. Es quizás el último
representante de la línea escrotológica de la política
sudamericana. No piensa con las neuronas, sino con la testosterona.
Se pasa por el foro la metodología, representatividad
y firma de convenios de todos los foros internacionales. Se espolvorea
el celofán de las gónadas con las leyes de su país
y quiere reformarlas de manera falocrática. Impone una fórmula
socioeconómica y política fracasada. Insulta a presidentes
y reyes. Descalifica a opositores. Tilda de traidores a antiguos
compañeros. Les amorata los ojos a sus esposas. Bravuconea
y amenaza sin lindes ni asomo de recato y luego canta un corrido
mexicano.
Chávez es un ejemplar tardío del eslabón
perdido en la evolución del capitalismo al capitalismo: el
socialismo. Se empeña en demostrar que el fracaso es utopía.
No le bastan las experiencias de Europa del este y Cuba. Pero no
es tontería. Es fiebre de poder. Y sabe, también por
experiencia de Europa del este y de Cuba, que la única manera
de eternizarse en el mando es esa.
Así que no es fortuito que viaje en Cubana
de Aviación. Ayudémonos a descifrar las claves del
mensaje --si es que estos pensadores testiculares envían
otros mensajes que no sean la presunción y la baladronada--
porque a mí me parece lo más pedestre que se pueda
concebir debido a las amargas enseñanzas que tuve en mi país,
pero hay quienes piensan diferente.
Algunos creen que se debe a la gravedad de la situación
venezolana de cara al referendo del próximo 2 de diciembre
--dicho sea de paso, día en que se conmemora en Cuba el desembarco
del yate Granma-- con un creciente descontento popular visible en
las declaraciones de la Iglesia, las manifestaciones estudiantiles,
la nueva postura del ex ministro del Interior, Raúl Isaías
Baduel, y sus consecuencias en los cuarteles de la Guardia Nacional,
así como el resultado de las últimas encuestas de
opinión, lo cual lo hace desconfiar de los militares venezolanos
y encargar su seguridad personal a los militares cubanos, avión
de Castro incluido. Error de apreciación. La seguridad personal
de Chávez fue encargada a Cuba desde hace mucho tiempo.
El mensaje del avión tiene más aristas:
enviarles a los mandos militares venezolanos la señal inequívoca
de que Chávez cuenta con otro ejército, veterano de
guerras en Africa y América y entrenado en la guerra de guerrillas.
Hacer patente la teoría de su doble presidencia de la alianza
Cuba Venezuela. Llegar a Europa, principalmente a Francia, donde
aún se tiene cierta visión romántica de la
revolución cubana, nimbado por la aureola de leyenda del
guerrillero de la Sierra Maestra, como su heredero ideológico,
para mediar entre gobiernos elegidos democráticamente y otros
guerrilleros que, por el grado de legitimación y renacimiento
visual que les brinda, lo acogerían en las fronteras colombovenezolanas
para crear la gran guerrilla bolivariana, en caso de que los militares
venezolanos lo despojaran del poder después del referendo
de diciembre.
Por otra parte, les recuerda a países como
Argentina, Brasil, Chile y México que él es el gran
líder que tanto ha esperado el continente y que pretende
convertir a Venezuela en una potencia, sobre todo militar, con la
ayuda de Ahmadinejad y la reserva de uranio con que cuenta. Con
lo que puntualiza a Estados Unidos que las horas del capitalismo
estarían contadas. ¿Les parece delirante?
Claro que lo es. Si Chávez fuera un
hombre sensato, en vez de convocar a la guerra y forzar a sus vecinos
a una carrera armamentista que retrasa los planes económicos
para salvar de la pobreza a las zonas vulnerables de la sociedad
latinoamericana, usaría su buena racha de precios exorbitantes
del petróleo para, con convenios comerciales menos asimétricos
que los que propone el mundo desarrollado y sin intenciones políticas
de expansión, ayudar a la frágil economía continental.
Pero debe saberse que este tipo de gobernantes escrotológicos
son unos desajustados sociales y por eso quieren cambiar todas las
reglas.
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