22 de noviembre de 2007
 
 
Crónica            
22 de noviembre de 2007

El proveedor de Talca

Odelin Alfonso Torna.

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Seguramente por estos días, los vinicultores y cerealistas de San Agustín de Talca, en Chile, se encuentren enrolados en los preparativos para el concierto pendiente del trovador Silvio Rodríguez.

Está previsto que Silvio asista, la ultima semana de noviembre, a los actos de homenaje a la cantante y poetisa chilena Violeta Parra, con motivo del aniversario 90 de su nacimiento y a 40 de su muerte.

Un reclamo judicial chileno arremetió, en marzo de este año, contra el empresario y diputado cubano a la Asamblea Nacional del Poder Popular, Silvio Rodríguez. El cantautor, indignado por el costo excesivo de las entradas, suspendió su concierto en Talca. En gesto de generosidad, propuso un espectáculo gratuito a la comunidad, pospuesto para el 2 de diciembre próximo.

Me viene a la mente el artículo Una señal potente, publicado por el abogado comunista chileno Eduardo Contreras, en el semanario local El Siglo. El texto fue reproducido por el diario Juventud Rebelde el pasado sábado 15 de septiembre.

Quedó regocijado el abogado por la generosa oferta de un concierto gratuito del trovador. Como si la Habana y sus “modestos diputados” no conocieran el excesivo costo de la vida. Debe ser más fácil regalar la nueva trova a borbotones, antes que cuestionar en plenaria por los precios prohibitivos de la tarifa eléctrica o del mercado agropecuario.

No obstante, en lo que se cocina la teoría de llevar la cultura a los centros penitenciarios del país, promulgada por Silvio en ordinaria asamblea de diputados, se puede ir desafiando la justicia en Talca o en la Conchinchina.

No es su debut en la protesta para quien asumió con rebeldía el periodo de las prohibiciones ideológicas. El trovador se suma, en oratoria, como paradigma defensor del derecho a acceder a las diferentes manifestaciones de la cultura. Lo quiere sin restricciones, a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar y con el consentimiento o no de la presidenta Bachelet.

El abogado comunista recuerda que, a pesar de vivir exiliado varios años en Cuba y asistir a numerosos conciertos de Silvio, no ha podido conocerlo personalmente.

Contreras rememora que Silvio estuvo prohibido en Chile durante el régimen de Augusto Pinochet: “Recordamos cómo durante la dictadura circulaban secretamente de mano en mano los casetes y los viejos discos con las canciones de Silvio prodigando esperanza, levantando ánimos, encendiendo luces”.

Don Eduardo, usted desconoce que en marzo de 2003, 75 opositores pacíficos cubanos prodigaron la esperanza para el pueblo cubano sin acordes de guitarra. Fueron arrestados por el solo hecho de disentir del régimen y hoy 59 de ellos cumplen condenas de hasta 28 años de cárcel.

La circulación secreta o ilegal de la canción llamada “protesta”, no solo forma parte de las desobediencias sociales de los chilenos en su régimen dictatorial. En nuestro cincuentenario encierro, que supera cuatro veces el periodo gris chileno, cantantes como José Luis Rodríguez (El Puma), Oscar De León, Celia Cruz, y Willy Chirino pasaron por la guillotina de la comisaría cultural cubana.

No se puede dejar de mencionar a los talentosos músicos cubanos en el exilio, que por el rojo o el verde color de la censura castrista, dejaron de escucharse en su tierra natal.

No hay mejor testigo que Silvio, si de rememorar se trata, cuando los Beatles estaban prohibidos en las radioemisoras del país. Escuchar a los Beatles y tener la cabellera sobre los hombros en las décadas de los 60 y 70, es lo que decimos hoy, profesar a la sombra el cambio y la democracia.

Ya comenzó el apoyo mediático a Silvio en los medios de comunicación nacional. La premisa estuvo a cargo de la periodista Liliet Heredero, el lunes 12, en las culturales de la tele revista Buenos Días.

Quizás se materialice el encuentro deseado por Contreras y logre dialogar personalmente con Silvio sobre el derecho de libre acceso a la cultura en Chile, ¡donde si no! Ya el abogado le echó una mano en el diario El País y Juventud Rebelde rebosó su ego a tiempo completo.

De momento, les aconsejo a los pobladores de Talca que conserven sus boletos de entrada y no los tiren al caudaloso río Maule. Recuerden que Silvio Rodríguez es un proveedor de esperanzas, en Talca y en las prisiones de Cuba. En el plenario, es uno más en la junta de empresarios cubanos autorizados. ¿Me equivoco?

 

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