La
conspiración de los rayos y soles de Chávez
Luis Cino
LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.orgde Ciencias),
el Palacio Presidee La Habana, a la entrada de la Bah (sede actual
de la Academia de Ciencias), el Palacio Preside) - Dos patrias tenemos
nosotros: Cuba y la noche. Y dicen que tres presidentes. Uno convaleciente,
otro indefinidamente provisional, y el tercero, en Caracas.
El vicepresidente Carlos Lage ha dicho dos veces
que Cuba tiene dos presidentes, Fidel Castro y Hugo Chávez.
Parece que para Lage, el General Raúl Castro es sólo
el Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Segundo
Secretario del Partido Comunista.
Seguro que al canciller Felipe Pérez Roque, tan dispuesto
a ceder la soberanía nacional en aras de la confederación
bolivariana, le encanta la idea de tener a Chávez como presidente
paralelo.
El temperamental mandatario venezolano, durante su
más reciente gira imperial por Cuba, se comportó como
si ya estuviera al mando en La Habana. Listo a recoger el legado
del Comandante, incluida la isla, con sus museos y mausoleos.
Hay una legión de guatacas, alucinados por
el petróleo de Maracaibo, que a eso lo llama “solidaridad”.
A fuerza de tanto que repiten lo de los dos presidentes
que tiene Cuba, estoy al creérmelo. Obviamente, no me gusta
para nada la idea. Está por ver si es bueno lo de la integración
latinoamericana bajo tales auspicios. De cualquier modo, me resulta
deprimente que la estrella solitaria vaya a parar a otra bandera
y Cuba sea poco más que la isla Margarita.
Supongo que menos aún debe gustar la idea a los comandantes
de la Sierra Maestra. ¡Tanto batallar durante medio siglo
para terminar convertidos en humillados segundones de un payaso
que, para colmo, se parece a Batista!
Pero hay talibanes y calibanes que ya se calaron
las boinas, se pusieron la camisa roja y se preparan para el socialismo
del siglo XXI. Se disponen a cambiar la Guantanamera por “Alma
llanera”. Con igual gusto, corearán la primera ranchera
que se le ocurra cantar al desafinado nuevo capitán de la
revolución latinoamericana.
Lo más preocupante es la mentalidad de jineteros
que han desarrollado algunos que dicen ser cubanos. Ahora que ven
el horizonte negro y con pespuntes grises, están dispuestos
a todo con tal de mantener sus privilegios. ¡Y todavía
se atreven a llamar anexionistas a los que no comulgan con sus ideas!
La manía de que vengan los extranjeros a ponernos
en orden la casa no es nueva en Cuba.
José Francisco Lemus se hizo oficial del ejército
de Bolívar para conspirar contra España. Magnates
del azúcar del siglo XIX quisieron convertir a Cuba en un
estado norteamericano con tal de mantener la esclavitud. Algún
prócer nos quiso uncir al México del dictador Porfirio
Díaz.
Los plattistas de la república aconsejaban
a los cubanos portarse bien para evitar la intervención de
los marines americanos. La Constitución Socialista de 1976
juró amor eterno a la Unión Soviética.
Todavía hay quienes esperan que venga la 82
División Aerotransportada a derrocar a Fidel Castro. O los
que aspiran a que acuda Hugo Chávez, con su billetera y vestido
de rojo como la caperucita, a eternizar el socialismo en su versión
bolivariana-socialista del siglo XXI.
Suena a disparate, a cuento de camino, pero cuidado.
La conspiración de los soles y rayos de Chávez está
en marcha.
El comandante Hugo se cree el médium
exclusivo e infalible de Simón Bolívar. Le sobran
megalomanía y petrodólares para intentar extender
su confuso proyecto a todo el continente. Y en Cuba, por desgracia,
hay unos cuantos indignos y sinvergüenzas dispuestos a dejarse
comprar.
Imprimir
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores,
y autoriza la reproducción de este material, siempre que
se le reconozca como fuente. |