20 de noviembre de 2007
 
 
Crónica            
20 de noviembre de 2007

El vals de Mazacote

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Mazacote gira y se desplaza en la ambigüedad de sus pasos por las calles de Mariel. Su mente flota en una danza imprecisa, en un vals que solo está a merced de la creatividad de los dementes.


Dice un viejo proverbio que en pueblo chiquito, infierno grande. La historia sobre la demencia de Mazacote en el municipio costero Mariel, crea temores que dejan atónitos a sus pobladores. Mazacote es un individuo que ha sufrido los embates del ineficiente sistema de seguridad social cubano.


El ciudadano Arsenio Álvarez Izquierdo, alias Mazacote o el Niño, como suelen llamarle en el pueblo, vive próximo a la unidad militar El Castillito, antigua Academia Naval de Mariel. Reside en una de las casuchas llamadas “llega y pon”. Las habitan personas con problemas económicos o que simplemente emigran desde el interior del país y se establecen sin autorización.


El asunto llama la atención. Arsenio es un ciudadano que cometió numerosos delitos: robo, violación y otras indisciplinas sociales. Nunca ha cumplido condena debido a los trastornos mentales que invalidan sus acciones.


Estas indisciplinas, propias de un sujeto demente, dan al traste con la percepción de las personas y las verdaderas causas de su sintomatología y su pasado.


Con estos antecedentes comencé a indagar sobre el delicado asunto con sus vecinos y parientes más cercanos. Me comentan que ha sido atrapado muchas veces robando prendas de vestir de las tendederas y que pocas veces ha salido ileso.


Siempre está expuesto a las agresiones por parte de sus victimas. Cuando ingiere bebidas alcohólicas es un peligro social. Se involucra en pleitos y trifulcas con personas que no toleran sus insultos.


El incidente más grave cometido por Mazacote fue la violación de una mujer llamada Suzi. En reiteradas ocasiones, la victima había presentado denuncias a la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) sobre las amenazas por parte de este individuo. Las autoridades hicieron caso omiso sobre los incidentes. Tal despreocupación fue causa de un trauma que acompañó a la afectada para toda la vida.


Las verdaderas secuelas del cuadro clínico actual de Arsenio Álvarez tuvieron sus orígenes en la adolescencia. Arsenio procede de una familia humilde, cuyo entorno no constituyó la cuna ideal para su desarrollo y estabilidad psíquica.


El y su hermana se criaron bajo la tutela de su padre, Andrés Álvarez, un alcohólico crónico que los maltrataba con frecuencia. Nunca le interesó la vida llevada por sus hijos, quienes poco a poco siguieron sus pasos.


Después de la muerte de Andrés, los hermanos Álvarez Izquierdo se establecieron en un albergue provisional donado por bienestar social. Mazacote y su hermana se fueron introduciendo en el mundo del alcohol y surgieron las contradicciones que dieron lugar a la ruptura familiar.


Es necesario obstaculizar el camino de la intolerancia social hacia los dementes. Analizar con sensibilidad la situación de los hermanos Álvarez Izquierdo, quienes en realidad son victimas de la exclusión social y no victimarios. Casos como éstos son muy comunes en nuestros tiempos.
Las personas que sufrieron las agresiones de Mazacote tienen todo el derecho de reclamar y que se haga justicia.


La justicia debe valorar también la falta de voluntad de las autoridades de Mariel para que personas como Arsenio reciban el tratamiento adecuado en un sanatorio.
Arsenio es una página en blanco dentro del sistema de seguridad social cubano, paradigma del capital humano ante el mundo.


Lo tildan de “elemento delictivo”, calificativo perenne ante la falta de voluntad de las autoridades y vecinos.


En el Gran Diccionario de la Lengua Española, Mazacote significa persona molesta y pesada. En el argot criollo se traduce como detestable, excluido.


Aprovechando este episodio, al compás del vals de Mazacote, me pregunto: ¿Arsenio Álvarez Izquierdo es victima o victimario?

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