20 de noviembre de 2007
 
 
Crónica            
20 de noviembre de 2007

Con los mismos males a cuestas

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Revisando la prensa nacional de los años cincuenta del siglo pasado, nos vemos forzados a aceptar que, irremediablemente, andamos con los mismos males económicos a cuestas.

Todo periodista preocupado por su país escribió en más de una ocasión cómo Cuba hubiera podido poner en cultivo miles de caballerías de tierra, si los productos agrícolas que se compraban a los Estados Unidos se hubieran producido en la Isla, y se señaló muchas veces que Estados Unidos tuviera que cultivar miles y miles de acres de frutas, cereales, vegetales, maíz, heno, pastos, etc., para atender la demanda de productos agrícolas a Cuba.

En 1955 el país vecino sembró más de cuatro millones de acres para venderle productos agrícolas a Cuba, y que la Isla dejó de sembrar 130 mil caballerías de tierra para comprar dichos productos.

La prensa libre de aquellos años estaba bien informada. Insistía que Cuba, un país atrasado económicamente, con un grado muy bajo de industrialización, ni siquiera podía abastecer su propia demanda interna agrícola. Se le echaba la culpa al latifundio.

Actualmente, a pesar de que no existe el latifundio, la Isla importa el 90% de los productos correspondientes a la alimentación básica de los cubanos. Igual o peor que ayer, y ni siquiera los colegas oficialistas conocen cuántas caballerías de tierra se han dejado de sembrar en Cuba, para hacer lo mismo que se hacía antes del triunfo castrista: comprar productos del agro a Estados Unidos y a otros países.

Algunos ejemplos demuestran en qué condiciones de desarrollo permanece Cuba después de medio siglo de socialismo. A partir de 2001 el estado de Dakota del Norte vendió al país más de treinta millones de dólares en granos de arvejas, garbanzos, lentejas, semillas de papas, etc., y se compraron, además 40 mil toneladas de papas a Canadá y Holanda.
La venta de arroz en 2004 proveniente de Estados Unidos ascendió a 132 mil toneladas métricas. En 2005, disminuida en un 50% dichas compras a causa de las restricciones aplicadas por el gobierno estadounidense, Cuba adquirió arroz en otros mercados extranjeros, algo que demuestra que en la Isla existen enormes extensiones de tierra que permanecen ociosas y llenas de marabú, como expresó Raúl Castro.

En los últimos años y en varias ocasiones, el gobierno cubano y empresas de Estados Unidos han firmado numerosos contratos para la adquisición de productos norteamericanos. La firma estadounidense Holstein Association envió en 2004 a la Isla cien cabezas de ganado lechero de alta calidad y otras firmas han enviado trigo, cerdo y pollo. Ese año, según informaciones ofrecidas a la prensa extranjera por la Empresa Cubana Alimport, presidida por el señor Pedro Álvarez, se compraron a los Estados Unidos 3.8 millones de toneladas de productos del agro.

El señor Álvarez, en la información, se lamenta de que a más de 13 compañías estadounidenses les hayan denegado los permisos para vender productos a Cuba y no que estas importaciones contribuyen al subdesarrollo de la agricultura nacional.

Quiere esto decir que padecemos del mismo mal respecto a la organización económica. Lo mismo que padeció la república antes de 1959.

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