La
delegada
Miguel Iturria Savón
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - Aunque no ejerzo el derecho
al voto desde hace más de veinte años, reparé
en el listado de la circunscripción de Cruz Verde, Cotorro,
donde vi la foto de Inalvis Castellanos Frías, quien fue
postulada y elegida como delegada del Poder popular. La “muñecona”
del barrio venció sin hacer campaña al resto de los
candidatos oficialistas, pues conquistó los votos del mocerío
erotizado que sueña con ella.
Nunca imaginé que la joven gacela tuviera
inclinaciones políticas. La veía en la esquina con
su licra ajustada y su pose hierática. Las damas que relatan
sus amoríos dicen que esperaba al amante de la camioneta
o cogía botella con un motorista amigo de bares y discotecas.
No tengo nada contra esta belleza local vilipendiada
por las beatas comunistas. En su reseña biográfica
atestigua ser especialista en sistema bancario y miembro de los
aguerridos Comités de Defensa de la Revolución, con
los cuales asistió a las marchas por el rescate del niño
balsero que perdió a la madre en el estrecho de Florida.
Aunque no creo en la mascarada electiva que perpetúa
al castrismo, me parece interesante la renovación de rostros.
La burocracia comunista excluye a los opositores, pero atrae a los
jóvenes desorientados que aplauden a las momias instaladas
en el poder.
La hermosa delegada de Cruz Verde ya forma parte
de la Asamblea municipal del Poder popular del Cotorro. Quizás
ayude a eliminar los basureros de las aceras, los manantiales de
aguas albañales que circulan por las calles o subsane los
precios excesivos de los productos agropecuarios.
A lo mejor no resuelve nada, pero demuestra habilidades
cortesanas y asciende al gobierno provincial, como sucedió
con el delegado anterior, quien ocupó la alcaldía
y ahora es vicepresidente de la capital.
Si bien no asistiré a las “rendiciones
de cuenta” de la nueva concejal, le deseo éxitos en
sus gestiones administrativa. A los pocos representantes que he
conocido no les ha ido bien ¿Será que dejaron de aplaudir
al cacique local? ¿O acaso carecieron de atributos físicos
y de entereza revolucionaria para ver unas cosas y decir lo contrario?
Tal vez la distinguida delegada de Cruz Verde tenga
muy pronto la respuesta a estas preguntas. Si no trepa en la escalera
burocrática se cansará de reuniones absurdas y volverá
a ser la novia de la acera, admirada por transeúntes y motorista.
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