12 de noviembre de 2007
 
Crónica            
12 de noviembre de 2007

Catástrofe en el este de Cuba

Miriam Leiva

LA HABANA,Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Espeluznante es el panorama en las provincias orientales de Cuba, donde las lluvias desde el 27 de octubre hasta el 6 de noviembre saturaron el manto freático, desbordaron los ríos y colmaron los grandes embalses que comenzaron a aliviar las aguas. Cientos de poblados quedaron inmersos en la marea y aislados por carreteras destruidas, puentes caídos y vías férreas destrozadas.

Según información del periódico Juventud Rebelde, la zona de mayor afectación es Río Cauto, un pequeño caserío de la provincia Granma, próximo a la desembocadura de la vía fluvial más extensa de Cuba que lleva ese nombre y desbordada por el aumento de las aguas de los afluentes Salado y Naranjo. La presa Cauto El Paso vertió abundantemente, lo cual complicó los problemas. La situación es crítica en Bayano, Yara, Manzanillo y Campechuela, donde se estima que había 62 comunidades incomunicadas y unas 7 000 viviendas bajo el agua. Debe tenerse en cuenta que las edificaciones son muy endebles y antiguas, sin mantenimiento durante muchos años, por lo que las pérdidas serán considerables.

Por su parte la provincia de Santiago de Cuba tiene afectadas unas 20 000 viviendas, con alrededor de 1 000 derrumbes totales; 4 000 kilómetros de viales afectados (el 50 por ciento de los existentes), fundamentalmente en las montañas y las áreas agrícolas y cañeras, así como 142 fábricas y 24 puentes.

Se han reportado 1 400 interrupciones de electricidad y más de 1 200 afectaciones telefónicas. En plena cosecha de café se estima la pérdida de 89 000 latas, que unidas a las 104 000 caídas con las precipitaciones de inicio del mes de octubre crea una situación crítica.

En la provincia Las Tunas sobresale el poblado de Maniabón del municipio Puerto Padre, donde cayeron más de 300 milímetros de agua en pocas horas. En total se contabilizan averías en 22 puentes, 187 kilómetros de vías pavimentadas y 2 345 kilómetros de terraplenes. La agricultura ha sido arrasada. 2 500 viviendas están dañadas parcial o totalmente, con mayores afectaciones en los municipios de Jesús Menéndez, Puerto Padre y Manatí.

Hay filtraciones de agua en el hospital provincial Ernesto Guevara y 19 farmacias estaban incomunicadas.

Sobre las provincias de Guantánamo y Holguín aún no se han reportado en detalle las pérdidas, pero se auguran enormes. Las imágenes mostradas en la televisión cubana son realmente impresionantes, particularmente en la provincia de Granma. No se ha conocido de pérdidas de vidas humanas y decenas de miles de personas han sido evacuadas hacia albergues del gobierno, pero fundamentalmente para viviendas de familiares, amigos y personas de gran valor humanitario.

Cuando vuelvan a sus lugares de residencia, esos cubanos deberán enfrentar el impacto de haber perdido sus pobres hogares y todas sus pertenencias en la mayoría de los casos. Sin recursos financieros ni oferta en las tiendas para reconstruir sus hogares y reponer los escasos equipos electrodomésticos y muebles; sin cultivos para contribuir a su alimentación ni para criar los animales que les queden, la tragedia humana se tornara terrible. Téngase en cuenta que ya los limitados productos vendidos por el sistema de racionamiento no alcanzan para comer más de 10 días, y para adquirir lo indispensable se requieren divisas, que gran parte de la población no posee..

Cuba enfrenta desde hace más de una década la crisis económica y social más profunda de su historia. Por tanto, no cuenta con los recursos necesarios para ayudar a la población damnificada, al tiempo que las pérdidas y las imprescindibles reparaciones, fundamentalmente de infraestructura, demandarán grandes inversiones que afectarán aún más el nivel de vida de la población del país en su conjunto. También, debe tenerse en cuenta que durante años se han acumulado destrucciones ocasionadas por otros desastres naturales, y no se ha invertido en la reposición y reparaciones de viviendas, calles, redes eléctrica e hidráulicas.

No obstante, las autoridades cubanas continúan aferradas al capricho de no solicitar ayuda internacional, desconociendo las ingentes necesidades y sufrimiento del pueblo. La diferencia ahora radica en que existe un límite a la resistencia, cuando la situación del país es radicalmente diferente a la existente durante los anteriores 49 años.

Es un imperativo de elemental sensibilidad humana facilitar la llegada de asistencia de los cubanos que en el exilio deseen contribuir con quienes sufren las calamidades, así como de los gobiernos y organizaciones no gubernamentales.

El Presidente Fidel Castro no se ha apreciado desde hace muchos días, ni siquiera en sus “Reflexiones” publicadas por la prensa. Tan sólo el vicepresidente Carlos Lage expresó que el Comandante estaba al tanto de lo que ocurría, durante una visita a Santiago de Cuba. El nuevo estilo de trabajo de Raúl Castro parece reflejarse en que los dirigentes provinciales han tomado el mando efectivo de las situaciones, de acuerdo a lo apreciado en los reportes de la televisión, fundamentalmente.

Debe suponerse que las tensas circunstancias surgidas en las provincias del oriente de Cuba logren que por fin se desencadenen los cambios imprescindibles.



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